Un día después de la bronca de las barras americanistas y pumas, las promesas y las peticiones de paz surgen en Coapa y en Ciudad Universitaria.

Los hinchas piden perdón por la trifulca del jueves en el Zócalo capitalino, mientras que los protagonistas del clásico de mañana señalan que no se trata de una “batalla”, sino de un espectáculo que hay que cuidar.

“A mí me contrataron para dirigir a un equipo, ganar y buscar ser espectacular, no para librar una batalla”, refiere Gustavo Matosas, técnico de las Águilas en el campamento de Coapa.

“Lo que menos me gustaría ver a mi es violencia porque soy pro familia en el futbol, pro espectáculo, a mi me gusta que vayan los niños, las familias eso hay que defenderlo en México”, añade el estratega uruguayo.

Los Pumas-América suelen ser duelos pasionales, donde se desbordan los ánimos de los seguidores de ambos equipos. La rivalidad traspasa los 90 minutos de los partidos.

Broncas, pedradas, robos, agresiones a mujeres, niños y hombres por igual se suscitan cada vez que las dos escuadras capitalinas chocan.

Hechos violentos entre barristas con 12 detenidos y un herido como los registrados el jueves, en plena plancha del Zócalo provocan que la seguridad llegue al extremo para cuidar a los asistentes al estadio y a los propios integrantes de los clubes.

Una de esas medidas es que el América arribe a CU en camionetas negras blindadas y con escoltas. Gustavo Matosas cree que eso no es lo ideal, que va contra la costumbre.

“No es lo normal. Pero supongo que las disposiciones de seguridad lo deben haber visualizado, hay que acatarlas y cumplirlas a cabalidad”, acepta el estratega emplumado.

“Es algo atípico, no creo que sean buenas cosas porque te sacan de una rutina, pero es lo que hay y tenemos que cumplir con eso”, abunda.

Después de la solicitud de civilidad hecha por el entrenador uruguayo, en el estadio Olímpico Universitario Moisés Muñoz y Darío Verón hacen la acostumbrada conferencia en pro de la tranquilidad en el duelo de mañana.

“El futbol se vive en paz. Queremos ver a los aficionados de los dos equipos disfrutar el partido con sus familias. Decimos ‘no’ rotundo a la violencia”, conmina el guardameta azulcrema.

“La violencia no juega, no importa la camiseta. El futbol siempre debe ser divertido”, advierte el zaguero auriazul.

Con un apretón de manos y un intercambio de banderines, Muñoz y Verón sellan la invitación para que la pasión en las gradas no se tranformen en actos vandálicos ni de sangre.

Falta ver que esas recomendaciones surtan efecto. Se vio el jueves en el Centro Histórico que la tregua entre las “hinchadas” de Pumas y América suele durar apenas unos segundos.

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