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Sus hijas y su mujer le ruegan: “Vamos al cine, vamos a los tacos, vamos al teatro”. Y Miguel Herrera sufre, le gustaría decir que sí, él haría todo por complacerlas, pero la fama que de súbito le llegó y la popularidad ganada tiene su precio, el precio de firmar un sinfín de autógrafos, de tomarse múltiples fotos, de no tener vida, o al menos de vivirla ahora de otra manera.

A un año de su nombramiento como técnico nacional, El Piojo Herrera disfruta el haberse convertido en una celebridad. Vive su momento junto a su familia, una familia que a veces es la más sacrificada.

“Me siento bien, tranquilo con lo vivido en este año. Me han salido un montón de eventos que no sabía que me iban a llegar; todo esto es gracias a los muchachos, a la entrega que mostraron en el Mundial. Afortunadamente el éxito que tuvieron en el Mundial nos arrastró a nosotros. Tengo la agenda llena”, confiesa El Piojo, que no se da abasto con tantas conferencias, entrevistas y fotos que le son requeridas.

—¿Hace cuánto no vas al cine, al teatro, a comer unos tacos?

“Al teatro sí voy, aunque de repente me da pena que llegando a un lugar la gente me aplaude, pero eso me hace feliz. Al cine, ¡uuuf!. Ir al cine significa entrar a una plaza y estar con la gente encima, no lo tomo a mal, lo disfruto, pero después de fotos y autógrafos uno quiere ver la película y la gente quiere seguir tomándose fotos y yo no quiero despreciar a nadie”.

—¿Y los tacos?

“Pues sí, mi familia, mis hijas me dicen ‘vamos a los tacos’ y yo les digo que sí, pero luego salen que ‘contigo no se puede salir, no se puede’. Pues ni modo. La verdad es que uno quisiera vivir como vivía antes, pero digo: ‘Qué bueno que ha cambiado mi vida, y que la gente está contenta’”.

—¿No te estás sobreexponiendo demasiado?

“Uno no es moneda de oro para caerle bien a todos. Si porque salgo en todos lados se molestan y si antes el técnico no daba la cara se molestaban también. Con nadie quedas conforme. Repito, hay que vivir tu momento, a gusto, vivir bien, pero también estar conscientes de que debo dar resultados, eso obviamente a todos les va a caer bien”.

—Así eres tú...

“Sí. Después si te ven de más o si te ven de menos, si estás aquí o si no estás es lo de menos. Sabemos que eso le va a molestar a alguien o le va a agradar mucho. Es parte de uno”.

—¿Y cómo hacerle para ganar? ¿Quizá hay que copiarle el estilo a Alemania, el campeón del mundo?

“Alemania no cambió el estilo del futbol al haber ganado la Copa del Mundo, no lo cambió como lo hizo Holanda [en 1978], o Argentina [en 1986], con la línea de cinco de [Carlos Salvador] Bilardo. Alemania apostó por un proyecto a diez años, ya ni siquiera por el técnico [Joachim] Löw. Lo que hizo Alemania fue invertir una cantidad estratosférica en fuerzas básicas, eso hizo la diferencia con el resto del mundo. De esa inversión salió una gran camada de ocho jugadores y ahí están los resultados, son campeones del mundo, con un equipo joven, que aún no tienen por qué dar el cambio generacional".

—¿México debe copiar eso?

“En México se hacen muy bien las cosas. Hay campeonatos de selecciones menores, se hacen torneos Sub-13, Sub-15 y de ahí se sacan jugadores para competir y empezar a foguearse. Ya hay resultados. Tenemos a la Sub-17 bien posicionada a nivel mundial, una Sub 20 fuerte y una medalla de oro. Lo mejor sería culminar estos logros con algo realmente trascendental en Selección Mayor. Eso es lo que tenemos que buscar y trabajar”.

—¿Entonces es a la Mayor a la que le falta cerrar el círculo?

“Sí, ese pasito le falta a la Mayor, y nos quedamos a nada de conseguirlo [en el Mundial ante Holanda]. Por eso tenemos que erradicar esos distractores que pasan en el partido importante, para que así el círculo se cierre”.

—¿Estamos lejos de lograrlo?

“No lo creo. Si seguimos trabajando así, llegará. Si los muchachos siguen mostrando la capacidad que tienen, llegaremos”.

—¿Pero...?

“Estamos siendo alcanzamos por la gente de nuestra zona. El crecimiento de nosotros para alcanzar a los de arriba quizá no es tan grande, pero los que nos siguen ya están cada vez más cerca. El futbol ha cambiado y lo físico se vuelve preponderante. Hoy te enfrentas a hondureños a panameños que tiene gran corpulencia y a eso nos tenemos que enfrentar. Si nosotros somos rápidos, dinámicos y técnicamente correctos, marcaremos esa diferencia”.

—¿Disfrutas tu momento?

“Si, estoy en un momento importante en mi vida”.

—¿Y tu familia, qué dice de esto?

“Están contentas [su esposa y dos hijas]. Disfrutando y sufriendo estas circunstancias. Es difícil salir, estar con ellas, pero son conscientes de que lo que logramos en cierto tiempo de trabajo se lo debemos a la gente y a ella queremos darle mejores resultados”.

Mas, además de su familia, El Piojo se siente arropado por el gran equipo de trabajo que ha formado, a quien también le agradece el apoyo que le han dado durante estos 12 meses.

“Mi cuerpo técnico me ayuda y apoya. Agradezco al profe Rangel, [Santiago] Baños, a Diego [Ramírez], el profe Torruco, con Giber, con el doctor Vázquez y Aguilar. Hemos formado un buen equipo que sabe que tiene siempre la responsabilidad de ganar donde estemos”.

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