Diez años atrás, Paola Longoria tomó la decisión de convertirse en profesional de su deporte. Así fue como en 2007 comenzó la historia de la mejor jugadora de raquetbol del mundo. Ocho años como la número uno de la LPRT, más de 80 títulos, campeona centroamericana y panamericana, pero, ¿qué sigue cuando lo has ganado todo? ¿cuál es el siguiente reto cuando eres la mejor?

“Siempre hay un nuevo reto, inicio una nueva temporada; hace poco subí una foto que decía ‘vamos por la 9’ (temporada como la número uno del mundo). El próximo año vienen Juegos Centroamericanos y el Campeonato del Mundo, que será por primera vez en China, un país que empieza a meterse fuerte en nuestra disciplina”.

—¿Qué significa esta novena temporada?

—La campaña anterior fue de un reto, había un objetivo claro: romper la marca establecida como número uno y lo logré. Ahora me vuelvo a enfocar en disfrutar mi deporte, el año pasado me metí tanto en conseguir un nuevo título que no lo disfruté, ahora no tengo que demostrarle a nadie, el objetivo es divertirme y disfrutar.

—¿Qué le ha faltado al raquetbol para ser un deporte que robe reflectores?

—Es un tema entre la Federación Internacional y la Europea, tienen ese conflicto... si queremos que el raquetbol crezca debemos aprovechar los Juegos Olímpicos de París 2024 y no esperar hasta Los Ángeles 2028 para promocionarlo.

Longoria tuvo que trabajar muy duro para convertirse en número uno del mundo y que se volteara a ver el raquetbol en México; distintas marcas comenzaron a confiar en ella por lo que proyecta: una mujer de retos que quiere estable-cer un legado deportivo, por lo que arrancará este año su primera escuela de raquetbol gratuita de la mano de su próxima fundación, buscando que los jóvenes “sepan que como yo lo logré ellos también pueden hacerlo”.

  “Siempre quiere mejorar”

Detrás de Paola Longoria hay un equipo que ha trabajado de la mano, su coach Fran Davis ha estado a su lado varias temporadas, la ha visto coronarse, caer y levantarse. La Peque, como apodan a Paola, es una apasionada del juego y de la vida, lo que muestra cada vez que juega.

“Como campeona nunca está satisfecha con ser la número uno, quiere mantener todos sus campeonatos, está ansiosa por aprender más y mejorar su juego, eso es lo que la mantiene como número uno.

“Ella debe disfrutar, divertirse, lleva demasiado en sus hombros, hay demasiadas expectativas sobre ella que cuando pierde es cuando se dan cuenta que es humana, Paola aprende de su errores”, comentó Davis, quien vive el día a día de la campeona mexicana. PB

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