DALLAS.— Tras el colosal colapso que sufrieron al dejar ir una ventaja de 23 puntos en su derrota ante los Empacadores de Green Bay, el entrenador de los Vaqueros de Dallas aceptó lo obvio: el equipo debió correr más la pelota.

Tony Romo lanzó dos intercepciones en el cuarto periodo que fueron claves. La pregunta que todos se hacen es por qué estaba lanzando la pelota si el corredor DeMarco Murray había acumulado 134 yardas en apenas 18 carreras para un promedio de 7.4.

“Debimos correr más la pelota en la segunda mitad”, dijo Garrett a la estación de radio 105.3. “De eso no tenemos dudas”.

De los 18 acarreros de Murray, sólo siete fueron en la segunda mitad cuando Dallas protegía ventaja de 23 puntos. Romo lanzó 51 pases, 23 en el segundo medio.

Green Bay anotó touchdowns en cinco series en fila para conseguir el regreso más grande de su historia.

“Estábamos corriendo efectivamente y le bajamos más al reloj. No era como si la carrera no estaba dando”, admitió Garrett. “En la primera mitad tuvimos balance, con buenas carreras, pero lo perdimos al final”.

La decisión más costosa de lanzar fue de Romo, quien en segunda y seis desde la yarda 35 de Dallas, con menos de tres minutos por jugar y Dallas arriba por cinco cambió la jugada en la línea y ordenó lanzar un pase.

Garrett dijo que la jugada inicial era carrera. Romo mandó un pase a Miles Austin que fue interceptado por Sam Shields.

“Debemos saber correr aunque la defensa esté lista para eso”, dijo Garrett. “Por momentos lo pudimos hacer, pero luego lo dejamos. Queríamos seguir agresivos, pero nos faltó balance”.

Frustrado, el receptor Dez Bryant dejó el campo antes de que acabara el partido.

Ayer aclaró que fue para que no lo vieran llorar.

“Estuve mal”, aceptó Bryant. “No debí abandonar a mis compañeros, pero no quería ver como celebraba Green Bay. Estaba mal, lloré en el vestuario y no quería hacerlo en la cancha”.

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