Puebla— Abrazado de su auxiliar Gabriel Amato, Matías Almeyda derramó el néctar de la gloria mientras miles de corazones rojiblancos celebraban el gol de Ángel Zaldívar (68’), ese que garantizó la victoria del Guadalajara en el estadio Cuauhtémoc (3-0) y su virtual salvación, con el “bonus track” de catapultarlo a la zona de Liguilla.

Eso explicó las lágrimas que recorrieron el rostro del director técnico argentino de las Chivas. El primer gran objetivo está cumplido, aunque su equipo le permite soñar con mucho más, como demanda el linaje de una institución que —como ayer— se da el lujo de ser local en cancha ajena.

Miles de gargantas explotaron tanto como la del ‘Pelado’ en cuanto Isaac Brizuela filtró la pelota a ese espigado chico que tiene en la banca a la leyenda llamada Omar Bravo. Aún con sus refuerzos, la más dulce tarde del Rebaño Sagrado en el Clausura 2016 fue firmada por tres hombres formados en sus inferiores, porque Carlos Cisneros abrió el marcador con un zapatazo (4’) y Bravo salió del letargo cuando el encuentro estaba cerca del ocaso (87’). Primer tanto del sinaloense en el campeonato, su 132 con los jaliscienses. Lo esperó tranquilo. Aguantó la salida del guardameta rival. Su corazón se aceleró, no el pie. Definición como en los no tan viejos tiempos, cuando era el capitán y alma de los rojiblancos.

Gusto especial para ese entrenador que corrió tanto como sus jugadores durante la celebración del tercer tanto. Omar le obsequió el más sincero de los abrazos. Todos los fantasmas fueron exorcizados.

Ninguno como el del descenso. Es cierto que, si los Dorados de Sinaloa ganan los cuatro juegos que les restan y los tapatíos no suman una unidad más, terminarán igualados en cociente (1.1176), pero la diferencia de goles favorece a los rojiblancos de manera abismal (+4 por -26).

Salvación virtual. Es hora de pelear por eso que su hoy ilusionado pueblo exige. El triunfo lo ha colocado en el octavo puesto, por encima de los monarcas Tigres. Ha ganado los nueve más recientes puntos que disputó, con 10 goles anotados y uno admitido. Rodolfo Cota acumula 225 minutos sin sacar el balón de sus redes.

Éxito, pese a la osadía de Almeyda, quien ordenó que Javier López ejecutara el penalti que Araujo cometió a tiro de Omar Bravo.

‘La Chofis’ no pudo con la presión. Su disparo, anunciado a la izquierda y a media altura, fue detenido por el meta Fabián Villaseñor, quien sustituyó al castigado Campestrini. Única mácula en una tarde teñida de rojo y blanco. Los últimos segundos fueron jugados mientras varias pequeñas trifulcas se desarrollaban ante la desesperación de los elementos de seguridad. Todas fueron controladas.

Puebla es rojiblanca, el sitio de los logros más sentidos del Guadalajara. No pierde ante La Franja, como visitante, desde noviembre de 2008. A partir de entonces, acumula cuatro victorias y tres igualadas.

Guadalajara por fin agrada y triunfa con autoridad. El fantasma del descenso es una anécdota. Ahora se sueña con la fase final y pintarle la cara a cualquiera. Y la semana que entra viene el clásico tapatío.

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