Luto en La Corregidora. Murió el Gallo Blanco. Cierren las puertas. Una muerte lenta la de este plumífero, una muerte que se comenzó a gestar desde hace tres años y que se fortaleció con decisiones de pantalón largo, que afectaron a las acciones de pantalón corto.

La factura de tantos años de errores administrativos fue cobrada. El Gallo con La Franja, la del Puebla, otra vez se convirtió en un verdugo letal. Fue quien le echó la última palada de tierra a la tumba que tiene en la lápida tatuado el nombre de los Gallos.

Hay luto en Querétaro. Las puertas se cerraron y enmedio del palenque de la Corredora quedó el cuerpo ensangrentado y golpeado. Hubo lágrimas a su alrededor, su afición, su gente lo lloraron y al mismo tiempo vitorearon la forma en que se cayó, en que se entregó, en que se ofreció en sacrificio con la ilusión de que en algún momento llegara el milagro.

Hay Luto en la Corregidora El Gallo, no cantará más. Cierren las puertas.

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