La puesta en escena Frida, una mujer enamorada hizo una parada en Querétaro, antes de partir a España para continuar con su gira.
Con dos actores en escena, la obra recurre al teatro-mapping, en el que se simula un poco más el realismo, además de la música en vivo, con la que se crea una perfecta sinergia.
La colombiana Maryory Montoya Maya, quien protagoniza la obra creada por el dramaturgo José Luis Pineda, platicó en entrevista exclusiva para EL UNIVERSAL Querétaro sobre cómo se preparó para llevar a escena a este personaje tan fuerte y completo.
¿Cómo es Frida en el montaje?
—La obra cuestiona qué es lo que pudo haber sentido o vivido Frida, y parte desde el momento de su muerte. Se da cuenta que ha fallecido y es entonces que empieza a reflexionar, reírse, pensar y recordar cosas bonitas, también celebra la vida y la muerte, y con base a sus recuerdos hace a otros 10 personajes como Diego, Trotski, Cristina (su hermana), uno de los médicos que intentó curarla, Manuel y un ayudante de Diego Rivera. En escena aparece acompañada de otro personaje que es un músico.
¿Qué significa para ti hacer el papel de una mujer mexicana tan emblemática?
—Es un honor tener la oportunidad de contar esta historia y compartir un mensaje que me gusta muchísimo, y me ha permitido sumergirme de una manera muy interesante en cosas que me gustaban mucho, como la tradición mexicana. Frida es una mujer intercultural por ser de papá alemán y mamá oaxaqueña y esta obra es muy biográfica.
¿Cómo fue tu preparación para interpretarla?
—Leí sus diarios y las cosas que hay escritas de ella, también platiqué con el dramaturgo sobre cómo consiguió las historias de Frida, le pregunté con quién habló y a quién conoció; también estudié sobre su arte, la gastronomía oaxaqueña y la ropa que le gustaba usar. Fuimos a casa de Diego y Frida y recorrimos los pasos que ella dio para también conocer a los amigos que tuvo. Otra cuestión interesante fue trabajar la voz porque no sabemos cómo era, ya que no hay audios de Frida, pero se intuye. Conocí esta obra en 2014 y un año después se estrenó conmigo, para prepararla fue eso, sumergirse y sumergirse.
Ahora que conoces más de ella, ¿qué fue lo que te atrapó?
—Me enamoró mucho la valentía con la que asumió su realidad, fue una mujer con pasión, creatividad y amor por su país. Me parece que toda su pintura, arte y su propia vida, tiene muchos mensajes que ella finalmente escribía, pero no creo que estuviera pensando o queriendo hacer un arte impresionante, ella simplemente pintaba su dolor y lo que sentía. Ese es el mensaje que nosotros queremos dar, porque ella sabía que se iba a ir pronto y eso me encanta.
¿Cuáles son los episodios que interpretas en el escenario que más te han marcado?
—Hay una escena en la que, por petición de su hermana, decide pararse y se levanta con todo el dolor del mundo, ahí vemos el dolor de una manera que no acostumbramos. En la dramaturgia hay un dicho que dice: “No luches con el dolor, únete a él”, por lo que unirse al dolor fue algo que le tocó .
En otro momento habla de las mujeres que fue, ya que en esta propuesta dramatúrgica dice que ella es todas las mujeres, y las mujeres la contienen a ella mismo, se refiere a sentirse mujer de muchas maneras, sentir su feminidad de una forma muy basta.
Finalmente al despedirse de la vida, lo hace con valentía y felicidad, y en la muerte ya no siente el dolor. Este personaje me ha inspirado a ser mejor.
