El corazón se ha convertido en el símbolo del amor y ¿a quién no le han roto el corazón? El artista visual Ricardo Villalobos lanzó una convocatoria a amigos y conocidos para conocer la historia de cómo les habían roto el corazón, y de todos los textos que recibió eligió 13 para crear Necropsia a un corazón, exposición que presenta en el Museo de Arte de Querétaro (MAQRO).

Villalobos no se considera pintor ni escultor, sino narrador de historias; su obra se basa en la creación de dioramas, escenas compuestas con piezas naturales y objetos que encuentra en la calle.

Para Necropsia a un corazón, el artista visual moldeó en barro  13 corazones, a uno le encajó un clavo, a otro unas tijeras que encontró en un bazar y a otro más le enterró 3 mil 400 alfileres, así de fuertes son las historias que acompañan la exposición.

¿Cómo llegaste a la idea de hablar del corazón, que es como esa máquina que hace andar el cuerpo y que está totalmente  ligada a los asuntos del amor?

—Será que me habían roto el corazón, cuando lo decidí. A lo mejor. ¿No? Yo creo que fue como un cúmulo de cosas, cuando me hicieron la invitación a exponer en el Museo de Arte yo quería hacer algo especial y ya había estado trabajando con unos corazones pero de un momento a otro surgió la idea de hablar de los corazones rotos, fue como hacerle un homenaje a  todas esas tristes historias de amor que no encuentran consuelo.

Que la gente te comparta ese episodio de su vida, no es algo muy fácil, porque son momentos tristes, de frustración, pero también estás manejando todo en anonimato y eso permite que el público se apropie, se identifique con alguna historia.

—Sí, totalmente, y cuando  hice la convocatoria yo les explicaba que esto iba a ser completamente anónimo, y en la manera en que quisieran contarme su historia yo respetaría su anonimato, y hay historias súper interesantes y fuertes.

El proceso de creación  ¿cómo fue?, porque eres un artista que utiliza cosas que vas encontrando hasta en la calle.

—Sí, siempre utilizo de todo, hasta triques. Las piezas están moldeadas en barro, en un principio las quería hacer de cerámica, pero decidí que no porque iban a parecer serie, la copia de un molde, y opté por hacerlas yo con las manos, cada una, y de acuerdo a la historia que me estaban contando iba creando la pieza, por ejemplo, está  la historia de una chava que sintió que le rompieron el corazón con un clavo, porque hubo dinero de por medio, entonces mandé hacer un clavo de oro; o hay una historia que habla de un aborto y me pareció que una semilla era como la manera de representarlo; fue un proceso complicado, también porque son súper caprichosos los corazones, algunos se empezaron a llenar de grietas y las quería arreglar, hasta que entendí que no, que eran parte de la misma historia.

¿Qué mensaje quieres dar con estos corazones?

—Que los corazones tarde y temprano, por muy rotos que estén, terminan sanando, y que nadie se muere por tener roto el corazón.

Literal, dejaste en esta exposición el corazón

—Sí. Aquí está mi corazón dividido en 13 partes.

Y entre estas historias, ¿está tu historia?

—A lo mejor, no lo sé.

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