Cuando los expertos finlandeses intentan identificar los rasgos más destacados de la política educativa finlandesa mencionan la tradición de lectura, la memoria histórica de lo importante que es el esfuerzo y el fuerte énfasis en la igualdad. En 1967, se tomó la decisión de introducir un nuevo modelo de escuela: comprensiva, gratuita y casi exclusivamente estatal de nueve años, y esto fue el comienzo de una reforma educativa desde la primaria hasta la universidad, basada en una enseñanza estatal y gratuita. En las comparaciones internacionales de los años sesenta, Finlandia estaba en una posición intermedia en el ranking educativo. Sin embargo, al comienzo de 2000 se encontraba en la cumbre internacional. (Envist, Suecia 2017)
La escuela empieza en Finlandia a los siete años, relativamente tarde, priorizan la formación de valores que se adquiere en la familia como primera escuela de convivencia. Después de terminar el noveno a los dieciséis años de edad, las y los estudiante que lo necesiten puede quedarse otro año más en la escuela. Posteriormente de la etapa obligatoria hay una secundaria superior de tres años. Más de la mitad de los alumnos estudian formación profesional, y existen «exhibiciones» para el alumno que quiera cambiar de orientación. Para obtener un espacio en la Universidad, hay que superar un examen nacional y después, además, casi siempre una prueba de selección, porque hay más candidatos que lugares .
Finlandia tiene buenos docentes y debido a que puede haber hasta diez solicitantes para cada lugar en la formación docente. La academia atrae a las y los jóvenes inteligentes y ambiciosos, siendo el salario de los profesores finlandeses suficiente sin caer en el exceso. Los docentes reciben parte de su recompensa en forma inmaterial, sintiéndose útiles y respetados, con un gran prestigio en la realización de su tarea.
Finlandia tiene una hoja curricular nacional muy concreta a rango de ley; los profesores están obligados a enseñar el contenido del currículo. Entre otras cosas, el currículo contiene descripciones relativamente detalladas de lo que debe saber un estudiante de cierto grado con buenas calificaciones. El currículo se caracteriza por el entusiasmo por la educación, la fe en los alumnos y en los profesores y, de manera general, por la sensatez.
El «éxito» finlandés se explica también por el enfoque en la sensibilización de los alumnos y la no aceptación de que un alumno pueda molestar a los demás o no estudie. Para enderezar y corregir cualquier eventualidad a este respecto están previstas una serie de medidas para afrontar los problemas disciplinarios y de ausencia de valor a lo aprendido.
Finalmente, podemos comentar que el sistema finlandés, contrario a lo que muchos podríamos pensar, no es costoso en sí, Se pagan salarios suficientes pero no muy altos a unos profesores que están bien preparados y trabajan mucho. De igual manera los estudiantes trabajan relativamente mucho y no se tolera que nadie interrumpa o moleste cuando se está trabajando. Así, podríamos afirmar que el sistema educativo finlandés es bueno, bonito y barato además de eficiente y enfocado al orden y la disciplina.