Desde mediados de 2015, no ha habido más que malas noticias en materia de homicidios. En menos de cuatro años, prácticamente se duplicó el número de asesinatos: según las cuentas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, pasamos de 18,312 víctimas de homicidio doloso y feminicidio en 2015, a 34,441 en 2018.

Los primeros meses de 2019 parecían apuntar a que la escalada seguiría sin interrupciones: en enero y febrero, el número de víctimas de homicidio doloso y feminicidio creció a tasa de dos dígitos en comparación con los mismos meses del año anterior. Pero en marzo, el ritmo de crecimiento anual fue solo 2%, contra 16% en febrero.

Y luego vino abril. Por primera vez en 46 meses, el número de víctimas disminuyó en comparación con el mismo mes del año previo. No mucho: la caída fue de apenas 2%. Pero, poco o mucho, el movimiento fue en la dirección correcta. Eso no se veía desde abril de 2015.

Mayo también trajo señales alentadoras. Ya no hubo caída en términos absolutos, pero tampoco crecimiento: se acumularon en el mes 2,979 víctimas de homicidio doloso y feminicidio, un número apenas superior al de mayo de 2018 (2,975). Eso significa que, en términos de tasa de homicidio, llevamos ya dos meses consecutivos de ligera caída.

Añádase otro dato interesante: si se grafica un promedio móvil trimestral del número de víctimas (a manera de suavizar la serie), se observa un aplanamiento de la curva desde noviembre del año pasado. Dicho de otro modo, los homicidios no crecieron entre noviembre y mayo.

¿Va a seguir esta racha positiva en lo que queda del año? Ojalá, pero tengo mis dudas:

1. El conteo diario (y parcial) de homicidios que publica el gobierno federal muestra un notable crecimiento del número de víctimas en junio. Hasta el 24 de junio, se llevaba un promedio diario de 86.5 víctimas. Eso equivale a un incremento de 12.5% con respecto al nivel de mayo.

2. Esa serie del gobierno ha tendido a subestimar por 20% el total de víctimas del SESNSP. Si eso persiste y se mantiene la tendencia de las primeras tres semanas del mes, junio terminaría con un total aproximado de 3,243 víctimas de homicidio doloso y feminicidio. Eso implicaría un incremento de casi 16% en comparación con junio de 2018.

3. La violencia parece venir de nuevo al alza en algunos estados importantes. En Guerrero, el número de víctimas aumentó 33% en mayo en comparación con abril. El total mensual siguió estando notoriamente debajo de la cifra del mismo mes del año previo, pero se rompió una racha de cinco meses consecutivas de disminución contra el mes previo. Algo similar sucedió en Baja California: allí el incremento en mayo contra abril fue de 22%. Eso borró toda la caída de enero a abril.

4. El uso masivo de tropas federales para tareas de control migratorio limitará la capacidad del gobierno para lanzar intervenciones en diversos puntos del territorio. Incluso, es probable que deban sacar personal de algunas regiones calientes para dedicarlo a contener flujos migratorios.

En resumen, tenemos por primera vez en cuatro años señales alentadoras en materia de homicidios. Eso hay que celebrarlo, no sin recordar que el país sigue aún en niveles muy elevados de violencia homicida. Y sin dejar de ver las numerosos y espesos nubarrones que siguen en el horizonte.

alejandrohope@outlook.com.
@ahope71

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