La posibilidad de que Adolfo Ríos sea en el candidato a la presidencia municipal de Querétaro por la alianza Morena-PES, opción anunciada y respaldada por el propio Andrés Manuel López Obrador, contribuye a incrementar la polémica y las críticas hacia él y hacia la alianza política.

De concretarse, sería la segunda candidatura en la que López Obrador respalda que un ex futbolista compita por un cargo de elección en lugar de ciudadanos comprometidos con la lucha social que incluso tienen más de una década apoyando a AMLO.

El otro ex futbolista es el impresentable Cuauhtémoc Blanco, quien ya tiene la bendición para ser candidato a gobernador de Morelos.

¿Qué credibilidad, trayectoria de lucha social y principios ideológicos o estatura intelectual tiene Cuauhtémoc Blanco para ser la persona idónea, desde un sector de la izquierda política, para respaldar e impulsar a ser el próximo gobernador de Morelos? Me preocupa y me indigna imaginar siquiera la posibilidad de que suceda en el puesto a Graco Ramírez.

Volvamos a Querétaro. Estoy seguro de que el anuncio y la declaración de López Obrador, realizada en su visita del 9 de febrero, cayó como balde de agua fría en más de un militante de Morena, porque además trató de justificar la posible candidatura de Ríos con base en una encuesta, el instrumento que descalificó incansablemente en el proceso electoral de 2006 y en el de 2012.

Aquí surgen varias preguntas, que mucho ayudaría respondieran los militantes y seguidores de Morena en Querétaro: ¿Adolfo Ríos es la persona más comprometida con la lucha social? ¿Defenderá los valores y principios de la izquierda política? ¿Por qué?

¿Apoyarían su candidatura sólo porque AMLO hizo el anuncio y la encuesta aplicada arrojó que es “el más conocido” del menú? ¿Cuestionarían públicamente a AMLO y señalarían que el pragmatismo político al que recurre puede dilapidar su ventaja en la contienda y conducirlo a la derrota?

¿Por un anuncio y por una declaración se desplazará a ciudadanos que han trabajado y luchado como oposición al PRI y al PAN desde 2007 o 2008? ¿En qué va a contribuir o cómo va a defender Adolfo Ríos el proyecto alternativo de nación que desde hace años han trabajado AMLO, un grupo de intelectuales y parte del equipo obradorista?

Esta pregunta también tendrían que responderla los dirigentes de ambos partidos.

La crítica en este artículo no tendría por qué llevarme a ser catalogado como integrante de la mafia del poder, aunque tal vez ocurra. Creo que se puede contrastar el proyecto alternativo de nación con otras propuestas; sin embargo, este proyecto puede diluirse por decisiones y personajes que no están identificados con la izquierda política ni social.

La universidad pública me ha enseñado que es válida y pertinente la crítica y la autocrítica; también que vivimos un momento crucial en la historia política y social del país, que ha sido llevado al debacle por complicidad y pésimas decisiones de las élites político-económicas, entre ellas militantes y servidores públicos del PRI y PAN.

Pero eso no tendría por qué ser motivo para derrotarlos con tal de que ninguno de éstos llegue a Los Pinos. Los seguidores de AMLO, las asociaciones y colectivos que lo respaldan necesitan ver que es momento de corregir las equivocaciones que puede estar cometiendo en la estrategia. Sus propias decisiones y declaraciones dan paso a una guerra innecesaria.

Pareciera que Morena está recurriendo a figuras del futbol en su pragmatismo político-electoral, que comenzó a tener más visibilidad desde el anuncio público de la alianza con el PES a nivel nacional, decisión que desde su origen ha sido criticada por un sector de intelectuales leales a López Obrador.

¿Qué podemos esperar de Morena y AMLO con esta tendencia? ¿Jorge Campos como candidato a alcalde de Acapulco? ¿Jared Borguetti buscando una diputación local en Sinaloa?

Todos tienen la posibilidad y sus derechos políticos como ciudadanos; eso no se cuestiona. Lo polémico es que se prefiera eso por encima de ciudadanos y líderes comprometidos con la causa social. Querétaro parece no ser la excepción.

Si no corrigen el camino, la alianza Morena-PES continuará con futbol y circo como ingredientes. ¿Y el PAN dónde queda en esta receta?

AMLO y la ex panista Gabriela Cuevas pueden responder al respecto.

¡Feliz domingo!

Periodista. @carloaguilarg

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