A pesar de los estigmas que existen alrededor de los efectos del veneno de diferentes animales, incluso catalogados como un peligro para el ser humano, algo cierto en el mínimo de las especies, este tipo de sustancias también cumplen una función fundamental dentro de la farmacología.

Por esta razón, investigadores de la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) actualmente llevan a cabo una investigación sobre los beneficios de los venenos de algunas tarántulas ornamentales de la India.

José Alejandro García Arredondo, investigador de la facultad, explicó que pretenden obtener compuestos con actividad biológica que sirvan como prototipos para el desarrollo de fármacos que puedan usarse como herramientas de investigación o incluso como nuevos medicamentos.

Aunque el análisis de los venenos está en marcha, el investigador aseguró que se podrían atender, entre otras enfermedades, aquellas relacionadas con el sistema nervioso.

“El proyecto surgió porque el área de toxinología, que se enfoca en el estudio de sustancias tóxicas de origen natural, no está tan explorado en nuestro país, al buscar fuentes interesantes de nuevos fármacos nació la idea de buscar en las tarántulas. Esto, porque son de fácil adquisición, la manipulación y extracción del veneno es segura ya que no presentan toxicidad para los seres humanos, y son venenos que pueden aprovecharse debido a que contienen una gran diversidad de compuestos que presentan una actividad biológica específica. A pesar de esto, pocos investigadores se enfocan en el estudio de venenos de tarántulas en nuestro país”, reveló el docente universitario.

“El principal efecto de todos los venenos es afectar el sistema nervioso porque es la manera más sencilla de lograr su objetivo, puede ser paralizar a sus presas o ahuyentar a sus depredadores”, añadió García Arredondo.

Sin embargo, este estudio ha impulsado a otros investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México como Manuel Aguilar Ramírez del Instituto de Neurobiología, al igual que Fernando Lazcano Pérez y Roberto Arreguín Espinosa del Instituto de Química, quienes se han sumado al proyecto. La participación de estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado también ha sido fundamental para detonar el desarrollo de la investigación.

Además, con el surgimiento del Aracnario de la Facultad de Ciencias Naturales de la UAQ, se inició una fuerte colaboración con los responsables de ésta colección de especies, Juan Joel Mosqueda Gualito y Luis Cuéllar Balleza, quienes proporcionan algunas de las tarántulas para la investigación de la universidad y ayudan a la extracción del veneno por medio de procesos que no afectan a las especies arácnidas.

De acuerdo con Cuéllar Balleza, responsable del Aracnario, estas investigaciones también podrían ayudar a tratar canalopatías (es decir, enfermedades que involucran los canales iónicos que provocan espasmos y convulsiones) y de esta forma investigar el tratamiento de enfermedades como el mal de Parkinson.

Por ejemplo, dijo, hay tratamientos en fase preclínica contra el Parkinson con fármacos originados a través del veneno de tarántulas del Caribe, no obstante, existen muchas especies más en las cuales se puede investigar y cuyas cualidades químicas, ayuden a otras enfermedades.

Por el momento, Luis Cuéllar Balleza responsable del Aracnario detalló que también estudian el veneno de otra especie de tarántula, conocida como “de patas gordas”, de la cual podrían encontrar características en el veneno para ayudar en el combate de otras enfermedades.

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