La aprobación de las reformas en México generaron optimismo y la perspectiva de un mayor crecimiento económico para el país; sin embargo, la implementación efectiva de estos cambios estructurales ha sido decepcionante, reconoció la calificadora Standard and Poor’s.

La agencia internacional no tiene intenciones de modificar la nota soberana del país, que se sitúa en BBB+, ni tampoco la perspectiva, que se encuentra en estable.

Fitch pondera a México en la misma escala de BBB+ con perspectiva estable, mientras que Moody’s es la única agencia que coloca al país en la siguiente categoría, con una nota A3, aunque con perspectiva negativa.

En entrevista, el director de calificaciones soberanas para América Latina de la agencia internacional, Roberto Sifón, dijo que el factor de mayor peso que ponderan en la evaluación de México y con la que el país puede aspirar a una mejor calificación es el crecimiento económico.

El problema es que en los últimos años la expansión del Producto Interno Bruto del país se ubicó cerca de 2%, y en los próximos años no se prevé que alcance una tasa superior a 3%, detalló el experto.

El representante de la agencia internacional destacó que para el país hubiera sido positivo una acción más rápida para poner en operación las reformas estructurales del país.

“Se aprovechó la oportunidad y el consenso para lograr las reformas, pero donde estamos rezagados y donde viene la decepción es su implementación efectiva.

“No estamos viendo los resultados que se esperaban y a eso hay que sumar que el contexto global se deterioró”, dijo el experto.

El director en el área de calificaciones soberanas de México de Standard and Poor’s, Joydeep Mukherji, dijo que si bien la tasa de crecimiento de 2% del país es buena en el actual contexto, es decepcionante si uno considera la recuperación económica de Estados Unidos y la agenda de reformas aprobadas.

Falta inversión. El directivo y experto en México explicó que otro aspecto decepcionante es la inversión, pues en los últimos años no ha tenido un crecimiento significativo, ni desde la que realiza el sector público, ni por el lado del sector privado.

“Esa es la otra cara de la moneda, porque mientras vemos que mejora el consumo y la confianza, por el otro lado tenemos una inversión sin mayor crecimiento, lo que deriva en menos ingresos, menos recaudación y por ende la necesidad de hacer ajustes como el recorte al gasto , dijo.

Si bien la deuda del gobierno no es alarmante en este momento, Roberto Sifón reconoció que la trayectoria ascendente de los años recientes comienza a limitar el margen de maniobra fiscal.

Encuestas no son referente. La calificadora estadounidense reconoció que una razón para mantener la calificación del país y con una perspectiva estable es la estabilidad macroeconómica con la que se han conducido las más recientes administraciones del PAN y el PRI.

Aunque las recientes encuestas con miras a 2018 favorecen a Andrés Manuel López Obrador, ambos directivos comentaron que no es una razón de preocupación para la nota soberana de México.

“En 2006 Andrés Manuel López Obrador tenía una ventaja de 5 o 6 puntos sobre Felipe Calderón y la sorpresa fue que ganó el panista. Durante la campaña y poco antes de la elección no hicimos nada con la calificación ni con la perspectiva y eso que las encuestas decían que el entonces perredista lideraba.

“No queremos hablar quién es mejor o peor en política. Normalmente en campaña el discurso es más extremo de lo que ocurre luego de las elecciones, así que no va a suceder un cambio si viene López Obrador u otro candidato, nuestra idea es esperar”, detalló Joydeep Mukherji.

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