Los gastos realizados por el gobierno en construcción, maquinaria y equipo reportaron una caída anual de 11.6% durante el primer trimestre del año, con base en cifras ajustadas por estacionalidad, informó el Inegi.

Se trata del nivel más bajo de la inversión pública desde el primer trimestre de 2002, es decir, en 15 años, según los datos más recientes dados a conocer por el Inegi sobre el comportamiento de la Oferta y Demanda Global de Bienes y Servicios en el país.

Desde el primer trimestre de 2014, la inversión física del sector público ha venido reportando variaciones anuales negativas con base en cifras desestacionalizadas. El dinamismo negativo es consecuencia de los recortes presupuestales llevados a cabo por el gobierno federal, en particular por lo que se refiere a la obra pública.

“La crisis de 2008 castigó mucho la formación bruta de capital fijo del sector público, luego hubo un periodo de recuperación, pero a partir de 2014 se estanca y retrocede como parte de la política de contención del gasto.

“En aras de recuperar el superávit primario, una de las cosas que más se ha castigado es la inversión pública; incluso, la esencia de las reformas que se han hecho es que el gobierno no puede gastar, no puede invertir, por lo tanto que entre la inversión privada a sustituirla”, explicó Aníbal Gutiérrez, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM.

La función de la inversión pública era crear condiciones para el desarrollo, generar infraestructura y bienes que apoyen la productividad, y en el tiempo a la competitividad del país, añadió.

Sin embargo, explicó que no puede haber despegue de productividad si no se cuenta con la base que históricamente le da la inversión pública a la planta productiva del país, “lo que ha dado como consecuencia que la economía del país no pueda crecer más allá de 2.5%.

“El hecho de que el monto de la inversión pública sea el más bajo en 15 años da una idea de cómo la premisa de las finanzas públicas hoy es el superávit primario, que se ha traducido, primero, en castigo a las empresas productivas del Estado y, segundo, al desarrollo de grandes proyectos de inversión de obra pública, lo que afecta la capacidad de crecimiento del país”, dijo.

Consumo débil. Junto con la inversión, el consumo del sector público también se ha venido debilitando en los últimos años.

El consumo del gobierno reportó una baja de 0.5% en los primeros tres meses del año con respecto al trimestre anterior con base en cifras ajustadas por estacionalidad, la primera disminución en los últimos seis trimestres; mientras que el consumo privado alcanzó un crecimiento de 0.7%, cifra ligeramente inferior al 0.8% que reportó al cierre del año pasado.

Frente a la debilidad del consumo y la inversión, las exportaciones vuelven a constituirse en el componente más dinámico de la economía con un crecimiento de 4.4% en el primer trimestre del año respecto al anterior, lo que se tradujo en un alza anual de 7.5%.

En términos generales, durante el primer cuarto del año, la demanda agregada de la economía reportó un crecimiento trimestral de 2%, la más alta desde el primer trimestre de 2010.

“Este resultado refleja el renovado dinamismo de la demanda externa, impulsado por mejores condiciones de demanda en los Estados Unidos”, comentó Eduardo González, analista económico de CitiBanamex.

La inversión privada probablemente mantendrá una trayectoria descendente ante la incertidumbre en torno al panorama político y económico de México, destacó Alejandro Cervantes, economista senior de Banorte-Ixe.

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