Durante décadas, las organizaciones han ido tras la búsqueda de la clave para que sus empleados se comprometan más con el trabajo, porque un colaborador comprometido es más productivo, suele estar dispuesto a emprender nuevos proyectos y tiene mucho más posibilidades de permanecer en la organización.

De acuerdo con mediciones de Gallup, las empresas con los trabajadores más comprometidos superan a las de hasta debajo de la medición en 10% en calificaciones favorables de los clientes; 22% en ganancias y 21% en productividad.

Sin embargo, esta búsqueda ha sido larga e infructuosa. Es un tema que preocupa en el mundo laboral porque el compromiso no es un paso natural cuando un empleado entra a una organización y que no esté enganchado trae perjuicios a la empresa.

Alrededor del mundo sólo 13% se encuentra realmente comprometido, según el estudio Estado mundial del lugar de trabajo, realizado en 142 países por la consultora Gallup. Uno de cada ocho trabajadores –alrededor de 180 millones– son los que están psicológicamente vinculados y son propensos a hacer contribuciones positivas a sus organizaciones.

¿Cómo lograr que a los trabajadores les guste hacer lo que hacen y vayan cada día con la suficiente motivación para dar alguna aportación extra? El reconocimiento, un buen liderazgo, recompensas económicas. La búsqueda ha abarcado muchos aspectos del mundo del trabajo, entre ellos, el espacio en el que los colaboradores se desempeñan. ¿Puede el espacio influir en el compromiso de los empleados hacia su organización? Varios estudios apuntan a que sí.

La investigación El compromiso y el lugar del trabajo mundial, realizada por Steelcase y enfocada a estudiar cómo el espacio influye en el compromiso, encontró que la satisfacción con el lugar de trabajo se correlaciona con un alto compromiso.

Éste no es el único estudio que sostiene que el espacio físico en el que se desempeña el trabajador es uno de los aspectos quizá más importantes a la hora de hablar de compromiso.

La Genslers U.S. Workplace Survey sostiene que “el diseño importa” y que a su vez, éste afecta al compromiso, satisfacción y desempeño de los trabajadores. Según esta medición hecha en Estados Unidos, en ese país sólo uno de cada cuatro labora en un entorno físico “óptimo”.

Esta investigación arroja un dato que puede sonar preocupante. Si se comparan las condiciones entre las oficinas de 2008 y 2013, la eficacia de los espacios ha disminuido.

Una oficina ideal hoy sería aquella que tiene la combinación de espacios abiertos y cerrados que promuevan la colaboración entre todos los miembros y que, gracias a su disposición, fomente la creatividad y la convivencia de esas generaciones que, hoy como nunca antes, conviven en el espacio laboral.

Nuestra experiencia

En México, las oficinas son una mezcla entre espacios abiertos y cerrados, en donde 20% ocupa oficinas privadas. Aunque en general el sentimiento es positivo, los empleados son muy poco entusiastas con su lugar de trabajo y califican el mobiliario y el tamaño de su oficina debajo del promedio global. Asimismo, están debajo de la media en acceso a espacios tanto privados como lugares para relajarse, todo esto de acuerdo con la investigación de Steelcase.

Este estudio encuestó a 796 trabajadores y encontró que a pesar de las deficiencias que persisten en los entornos laborales, los mexicanos ocupan el número dos al hablar de compromiso laboral.

Ocho de cada 10 de los trabajadores reportan estar felices de ir a trabajar en general y 78% sostiene que su trabajo les da un sentido de satisfacción personal. “Frecuentemente ellos describen sus lugares de trabajo como ‘estimulantes”, según este análisis.

Lo que falta en las oficinas mexicanas son espacios colaborativos y en dónde llevar a cabo juntas, lo cual estaría limitando a los empleados a cultivar relaciones de confianza.

A escala global, 72% asegura que no tiene las herramientas necesarias para ser lo suficientemente creativo que podría ser, según señala Mario Cantón, director de Customer Experience y Marketing de Steelcase.

Así que es necesario que las organizaciones pongan atención al diseño de sus espacios, porque en la medida en la que lo hagan podrán retener al talento necesario.

Tomar en cuenta todas estas variables y ofrecerle a los empleados un espacio adecuado a sus necesidades y el cual les estimule a trabajar retribuye a ambos lados. En lo que toca a las utilidades operativas, éstas se incrementan en 19%.

“Es uno de los indicadores más importantes para las empresas, e impacta positivamente porque tienes empleados más contentos y comprometidos”, explica Cantón.

Retener talento cobra más relevancia en un mundo laboral en el que conviven, como nunca antes, distintas generaciones, que, en el caso de la más joven, no es muy propensa a permanecer en una organización durante mucho tiempo. Al menos no si la empresa no sabe responder a sus necesidades y expectativas.

De manera integral

Hoy no sólo se trata de hablar del espacio en el que se desempeña el trabajo, sino en la experiencia que el empleado tiene cuando va a trabajar. “La siguiente gran área de inversión para las organizaciones va a ser la experiencia de sus empleados, eso es tratar de crear un lugar que los empleados quieran, no necesiten, para trabajar mejor”, sostiene Jacob Morgan, autor de El futuro del trabajo y la organización colaborativa.

Lo que explica es que las organizaciones han estado invirtiendo en distintas formas para lograr que los empleados se comprometan con “escasos resultados”, y que ha sido porque estos intentos han estado enfocados en tratar de “forzar” a los empleados a trabajar con prácticas anticuadas.

Lo que realmente se necesita es cambiar el enfoque y hacerlo más integral y empezar a pensar en la “experiencia del empleado”.

Este término es bastante nuevo y, según Morgan, se refiere a la suma de tres aspectos: la cultura de la propia organización, la tecnología empleada, además del espacio.

Uno de los aspectos clave en esta investigación titulada La ventaja de la experiencia del empleado, es el desarrollo de un diseño “con propósito” el cual esté pensado a largo plazo.

Morgan desarrolló el primer Índice de Experiencia de Empleado en el mundo y encontró que poner atención en el espacio físico trae mayor productividad a las empresas.

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