Eliminar el dispendio y el despilfarro de recursos públicos y llevar a cabo un presupuesto base cero parece difícil en2016 por las condiciones inerciales y de flexibilidad, pero debe hacerse el esfuerzo y dejar de justificar la falta de cambios, “porque no podemos hacer modificaciones que dejen igual al país”, dijo el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

“Debe haber esfuerzos para lograr que aumente el porcentaje de gasto ajustado o reversible. No podemos darnos por vencidos”, indicó en su Análisis Económico Ejecutivo semanal.

A pesar de que en años pasados se ejercieron “elevados presupuestos” del gobierno, no se tradujeron en mayor crecimiento económico, afirma.

Aun y cuando no se pueda hacer un presupuesto base cero para el próximo año porque se tiene comprometido 65% en gasto no programable, en pensiones y jubilaciones, podrían considerarse ajustes en la asignación de recursos, dijo el organismo.

“Es más sano apoyar la visión de que prácticamente todo el presupuesto podría estar en posibilidades de ser modificado, a pesar de sus anclas legales o prebendas. No podemos aceptar que algo cambie para que todo siga igual”, estableció dicho centro, el cual dirige Luis Foncerrada Pascal.

Expuso que la fuente principal de salud de las finanzas públicas debe provenir de una mayor eficiencia del gasto público. Por ello, es importante que el gobierno estimule un entorno en el que las empresas y personas puedan desarrollarse con eficiencia.

Pero, es aun más importante que la asignación adecuada de los recursos gubernamentales incida en la redistribución del ingreso, la estabilización de la actividad económica y el estímulo al crecimiento y al empleo.

“Es un hecho que en México hemos obtenido pocos resultados pese a los elevados presupuestos aprobados”.

Esa situación, menciona, incrementa la necesidad de que se realice una reingeniería total del gasto público, a través de la revisión de todos los programas mediante los cuales se ejercen los recursos captados por el erario.

Sin embargo, prevalece la dificultad de hacer ese importante ajuste debido a la poca flexibilidad que hay en los programas gubernamentales, porque su ajuste obedece a restricciones legales que impiden la remoción, reclasificación e incluso la modificación de su presupuesto.

“Evidentemente el entorno complica el logro de un presupuesto base cero, de hecho, prácticamente lo vuelve poco probable”, concluyó el CEESP.

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