El viernes pasado el secretario de Hacienda presentó al Congreso el paquete económico para 2013 consistente en la Iniciativa de Ley de Ingresos y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, así como los Criterios Generales de Política Económica, bajo los cuales se establecen las variables que definen supuestos de cálculo y del entorno que habrá de enfrentar la economía mexicana el próximo año. La rapidez, incluso antes del tiempo señalado para hacerlo, indica claramente que el paquete fue elaborado durante el proceso de transición y es producto de un consenso entre el gobierno de Calderón y el equipo de Peña Nieto, y que derivó en no modificar la estructura impositiva la cual se viene aplicando desde 2010.

De acuerdo con los voceros gubernamentales, con el paquete se enfatiza el compromiso del nuevo gobierno con la estabilidad macroeconómica apuntalando la fortaleza y la sostenibilidad de las finanzas públicas y otorgando certeza a la economía en los tiempos que se viven de elevada incertidumbre y riesgos de agudización de la crisis mundial. En este contexto se puede entender que no contenga sorpresas hacendarias, y se entienda más como un trámite para cumplir en tiempo y forma, por lo que los contribuyentes pueden estar “tranquilos”, este año será más de lo mismo en cuestión de impuestos y tarifas. Cabe preguntarnos si se mantendrán los subsidios.

Dentro de las propuestas incluidas en el Paquete Económico para 2013 se considera la agenda integral de 10 medidas para incrementar la capacidad de crecimiento de la economía, para aumentar el bienestar y de abatir la pobreza, anunciada por Peña Nieto. Así mismo se propone alcanzar el equilibrio presupuestario, con un déficit cero ello sin considerar la inversión de Pemex. Ahora bien, cumplir con el compromiso de déficit cero implica, por el lado del gasto contar con un esquema eficiente de control que conjugue austeridad y transparencia. Y por el lado de los ingresos de una mejor y mayor recaudación, lo que conlleva, considerando que no se crean nuevos impuestos ni se incrementan las tasas, que se amplíe la base de recaudación gravando a quienes actualmente no pagan por que están exentos, porque son informales o porque de alguna manera los eluden, esto no nos debe llevar a una “cacería de brujas”.

En lo referente a las cuentas propuestas, la iniciativa del Ley de Ingresos establece un total de 3,931.3 miles de millones de pesos (mmp), de los cuales 3,576.0 mmp serán ingresos presupuestarios, este último monto es superior 4.4% en términos reales al aprobado para 2012. Dos son las principales fuentes de ingresos contempladas, la primera son los ingresos petroleros estimados en 1,238.1 (mmp) un 2.0% real mayores a los aprobados para el presente año. Lo anterior como resultado de un incremento en ventas internas de petrolíferos, ya que el precio de exportación del petróleo estipulado para el cálculo de las ventas externas se fijó en 84 dólares por barril, cifra muy conservadora ya que el próximo año nuestras previsiones son que pueda alcanzar los 95 dólares si se agudizan los conflictos internacionales, pero que sienta bases para no depender en gran medida de los hidrocarburos para el gasto público.

La segunda fuente son los ingresos tributarios estimados en 1,621.2 (mmp) lo que implica un incremento real de 3.6% respecto al 2012, debido principalmente a la mayor recaudación de los impuestos a los ingresos (ISR-IETU-IDE) que se incrementarían 4.3%, del IVA con un crecimiento del 3.5% y del IEPS con 3.3% de incremento. Cabe señalar que estos ingresos se generarían por la actividad económica que, según los criterios de política, crecería 3.5% en 2013, ya que no se contemplan nuevos impuestos ni incremento en tasas. Sin embargo, como apuntábamos es necesario que se amplíe la base de los que pagan impuestos, para asegurar ingresos más saludables, por ello debemos insistir en que se llegue a la reforma hacendaria tan necesaria.

Por el lado del Presupuesto de Egresos de la Federación, el techo de gasto programable para 2013 se ubica en 2,697.8 mmp sin inversión de Pemex. Por grandes capítulos se plantea una asignación de 1,758.3 mmp para el desarrollo social un crecimiento de 4.6% respecto de los asignado en 2012; de 972.1 mmp para las funciones de desarrollo económico (5.0% más que para este año) y 202.4 mmp para las funciones de gobierno, 2.7% de incremento. Este presupuesto incluye recursos destinados a los programas que el presidente Peña Nieto propuso el pasado 1 de diciembre como son el seguro de vida para jefas de familia y el de la pensión para adultos mayores. De igual forma se señala que se contempla fondear un programa transversal para la prevención del delito, para que la SEP, Salud y otras se coordinen para combatir la criminalidad.

De esta forma, el desglose por partida nos muestra que las principales asignaciones serán las aportaciones a entidades y municipios las cuales ascenderán a 513,442 millones de pesos (mdp), lo que agregando las participaciones, convenios de coordinación y subsidios asciende a 1,290.8 (mmp); lo que recibirán Pemex, unos 476,659 mdp; y el IMSS cuya partida asciende a 421,565 mdp. A estos tres grandes apartados le siguen las aportaciones a Seguridad Social, y los fondos para CFE 269 mil millones de pesos, SEP con 250 mil mdp, ISSSTE con 161 mil millones y Sedesol con casi 100 mil mdp.

En el caso de los recursos de la recaudación federal que se destinan a estados y municipios, es importante señalar que recientemente se aprobó la Ley de Contabilidad Gubernamental, que obligará a un manejo más escrupuloso de los dineros.

Se ha presentado la propuesta de paquete económico, ahora toca a las cámaras discutirlo y en su caso aprobarlo, y no prevalezcan los intereses políticos. De igual forma el sector privado está obligado a seguir los debates, para poder evaluar los posibles impactos que resulten y estar preparados, lo que es fundamental para el desarrollo del país.

*Presidente de Consultores Internacionales A.C.

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