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Los héroes necesitan superpoderes, un traje muy especial, máscara para ocultar su identidad, además de un lugar donde vivir y el cual defender, así es como Eduardo Yair Pérez, autor del cómic de San Luis Potosí, enseñó a los pequeños visitantes de la CONQUE a crear su propio héroe.
Santiago Castro Jiménez, de tan sólo cuatro años de edad, inventó sobre la hoja en blanco a Redman, un personaje vestido con un traje de color rojo, que tiene el poder de golpear fuertemente con sus puños, explicó entre breves palabras y señas Santi, quien acudió al taller acompañado de su mamá Gabriela Jiménez.
“Tenemos que alimentar la creatividad en los niños y dejar que todo lo que experimenten, con lo que viven y lo que ven, lo puedan expresar en el papel; Santi tiene cuatro años y apenas le está agarrando el gusto a dibujar, veremos si le llama la atención más adelante”, platicó Gabriela.
Eduardo Yair Pérez dijo en entrevista a EL UNIVERSAL Querétaro que es importante fomentar en los niños procesos creativos y también es fundamental hablarles de héroes, sobre todo héroes nacionales, que en México no existen y urgen.
¿Cuál es el objetivo de un taller de superhéroes?
La idea es fomentar la creación y creatividad de los niños, nosotros somos autores de cómic y siempre es padre convivir con los niños y ver que ellos traen la chispa creativa, tristemente conforme van creciendo se trunca eso, dejan esa creatividad de lado y los pocos sobrevivientes que luego nos alocamos a seguir creando cosas, somos los autores que acabamos inmersos en esto.
¿Tú cómo llegaste al mundo del cómic, así como estos pequeños que están hoy en tu taller?
Yo creo que todos hemos sido fans del cómic, vemos películas de superhéroes, caricaturas, videojuegos, la idea del superhéroe nos va acompañando siempre y un día descubres que hay gente que hace esos cómics y entonces te sorprende la idea de saber que tú puedes dibujar, hacer tu propio cómic y que la gente lo lea, claro que de repente llega un tiempo en que tú debes prepararte profesionalmente, yo soy licenciado en artes plásticas, las artes, bien que mal, no están muy relacionadas con el cómic, con la ficción, pero sí te dan las bases de estructura, la disciplina del dibujo y la pintura.
¿Cuándo empiezas a hacer tu obra de cómic?
Yo llevo desde 2013 dedicado al cómic, publiqué una obra que se llama Koatl El Defensor, la idea era proponer a un superhéroe con tintes prehispánicos y hacer con ello un poco de rescate cultural, con toda la intención de que los superhéroes prehispánicos pueden existir, pueden ser divertidos, impresionantes, y que lo prehispánico no es aburrido ni enfadoso.
En esta actualidad, donde se viven tantas problemáticas, ¿necesitamos héroes?
Sí, y algo que la gente no se pone a pensar: necesitamos héroes nacionales, nos urgen, porque por más que los Vengadores existan, por más que Batman y Superman existan, ellos están en Estados Unidos, ese es un problema, si esto fuera un mundo ficticio, no van a venir los Vengadores siempre a ayudar a México, ellos se encargan de Estados Unidos, si es necesario que cada país, cada estado, tenga sus propios héroes, por simple lógica, y es curioso que la gente no le dé la oportunidad a este tipo de obras nacionales con las que se está tratando de proponer eso: héroes que nos representen de forma local.
¿Y es importante inculcarle a los niños el gusto por estos personajes?
Creo que sí, yo pasé mucho tiempo siendo maestro de artes, desde nivel kínder, primaria, secundaria, y vas viendo cómo cambia la mentalidad, los ánimos, el fanatismo por la ficción y los cómic está, pero va cambiando hasta que en un punto se abandona y se deja de ver como algo serio, mucha gente crece y lo ve como cosa de chavitos, en realidad es una industria, una fuente de empleo, es toda una maquinaria económica, y visto con los ojos de un adulto, esto es un trabajo como cualquier otro.
¿Qué dificultades te ha tocado enfrentar dentro de la industria mexicana?
No existe una industria, hay gente que cree que el cómic mexicano es lo que imprimen Televisa o Panini, ese es cómic de licencia, que se traduce y se vende en México, pero cómic mexicano ya no existe, a lo mejor los hay algunos sobrevivientes, publicaciones “pequeñas”, pero no es algo masivo, no hay tantas publicaciones en circulación, es un problema, nosotros venimos a tratar de promover nuestro propio trabajo, no a levantar una industria, yo no levanto una industria solo, ni los colegas por sí solos, el chiste es que nuestro trabajo sea constante, que vendamos, que la gente se acostumbre y que consuma, que le apuesten al cómic mexicano y todo eso lleva un proceso lento y arduo.