POR: POLLO ROCK

@pollorockmusica

El rapero español Nach publicó Destino, su primer disco en siete años. Con 17 canciones y colaboraciones con artistas como Eladio Carrión, Trueno o Manuel Carrasco, el álbum explora nuevos sonidos sin perder su esencia.

El 26 de septiembre marcó el regreso discográfico de Nach, uno de los nombres más emblemáticos del rap en español. Tras siete años de silencio musical, el artista albaceteño vuelve con Destino, un trabajo que —según sus palabras— busca combinar “el pasado del rap con los años de experiencia” acumulados en su trayectoria.

El disco consta de 17 temas y contará con un amplio abanico de colaboraciones, desde figuras consagradas del rap como SFDK y Akapellah, hasta voces de otros géneros como Manuel Carrasco, Alice Wonder o Eladio Carrión. Un cruce de estilos que no obedece a modas, sino a una visión clara: “Quería que se vinieran a mi universo y que tuvieran sentido con mi discurso”, explicó Nach en una reciente entrevista.

Un viaje musical desde el interior

La primera canción del álbum Destino ofrece una mirada introspectiva que anticipa el tono del resto del disco. En ella, el autor de “El Idioma de los Dioses” se reconecta con sus raíces y reflexiona sobre el camino recorrido, entre versos que mezclan nostalgia, aprendizaje y visión crítica del presente.

Este nuevo trabajo no sólo representa una evolución musical —en la que se atreve a salir de su zona de confort—, sino un acto de reafirmación personal. “Está mi planeta en el centro, y ellos [los artistas invitados] son satélites alrededor. Yo no me fui al suyo esta vez”, explicó el MC.

Carrera coherente y con peso literario

Desde que lanzara su primera maqueta D.E.P en 1994 como Nach Scratch, el artista ha mantenido una carrera marcada por la coherencia lírica y la profundidad de sus letras. Álbumes como Un día en Suburbia o Mejor que el Silencio se convirtieron en referentes para generaciones enteras de oyentes.

Temas como “Manifiesto”, “Disparos de Silencio” o “Efectos Vocales” demostraron su habilidad para convertir la palabra en arma, consuelo y denuncia. También su incursión en la poesía con los libros Hambriento y Silencios Vivos refuerzan su faceta como artista integral: alguien que escribe, rapea y reflexiona.

El rap como memoria y herramienta de cambio

Para Nach, el rap no es sólo música: es una forma de narrar el mundo. “Un regalo que agradezco, un arte que me hace temblar, un mar que siempre me escucha cuando quiero hablar”, escribió alguna vez.

Destino llega, así, como un testimonio de madurez, pero también como una respuesta al presente. Un disco que no busca agradar a todos, sino ser fiel a una historia, a un mensaje y a una responsabilidad artística.

Google News