El Museo Anbanica de Historia, ubicado en el corazón de la cabecera municipal de Corregidora, fue testigo del diálogo de la pintora Esmeralda Néresis con tres destacadas especialistas que reinterpretaron su obra, que se exhibe en la galería de exposiciones temporales titulada “El retorno de las diosas”. La conversación incluyó a público asistente que, entre todas, encontraron simbologías y narrativas que van más allá de lo representado.

Esta es la primera ocasión que el museo crea una dinámica de reunir especialistas para hablar de la exposición, y en esta ocasión abordada desde las perspectivas de la poetisa Dalia Larisa Otero, la artista visual Nayeli Rosas y la sociologa y periodista cultural Donna Oliveros; quienes entre metáforas, descripciones y reinterpretaciones, la velada se construyó como un ritual de purificación.

Las interpretaciones de la obra

Esmeralda Néresis describió su pieza “Aquelarre”. De ella indica que en un viaje a Guanajuato en 2020, cuando la pandemia por Covid-19 se encontraba en su cúspide, observó que “nadie hablaba con nadie, nadie se saludaba, por que con el tiempo se perdió la salud, la fe y el contacto físico. Frida mi hija, que tenía 18 años y estaba enamorada de la danza, decidió quitarse el cubre bocas, en una afrenta propia de su edad, comenzó a danzar descalza en ese callejón gastado de Guanajuato. Las personas asombradas la veían, otras quizá la juzgaban, pero ella encontró en ese instante un espacio de paz y salud”.

La pintora notó que “los cuerpos de las mujeres siempre han desafiado y desequilibrado al poder y sus narrativas, revelando desplazamientos y disidencias históricas, económicas, políticas, culturales, filosóficas y científicas; sin embargo, también han sido asumidos como territorios por conquistar y explotar. ‘Aquelarre’ explora la posibilidad que tienen las artistas de convertir lo cotidiano en una situación de asombro, que tiene un acontecimiento y que tiene mucho que ver con nuestra propia mirada sobre la vida cotidiana”, culminó.

Un “ritual” para apreciar el arte de Néresis en el MUSAH
Un “ritual” para apreciar el arte de Néresis en el MUSAH

Dalia Larisa Otero explicó que “uno de los tópicos de esta exposición, busca la redefinición de las mujeres, deconstruyendo los estereotipos sexualizados y morales de género, humaniza los atributos de fuerza y bondad a tal punto que parecieran nuestras hermanas, amigas, madres, compañeras, viejas conocidas y cercanas, al alcance de la mano. La divinidad encarnada en personas y las personas mujeres dignificadas en su vida diaria”.

De la obra titulada “Sortilegio de Amor” resaltó apreciaciones estéticas como “el detalle de la luz sobre las cabezas de la niña y la mujer joven que escuchan, es un símbolo utilizado para mostrar la divinidad, inteligencia y razón. Los rostros serenos e iluminados casi son un gesto de beatitud, sino fuera porque los tres personajes están comiendo y se miran entre sí —no al espectador ni hacia arriba, como suele hacerse en las pinturas de santos, que sugieren un momento de epifanía o revelación—”.

Para la poeta, “la comunión de personas a través de la comida, de igual a igual, sin protocolos ni jerarquías, las mujeres se ven unas a otras con la misma dignidad”.

Por su parte, Nayeli Rosas, analizó la pieza “Constelación de Escorpión”, de la que indicó sobre el personaje femenino en posición horizontal y que quizá esté frente a una posible tragedia y si está en el piso o en la plancha “es porque pasó por una situación delicada y sus amigas, o estas personas que están a su alrededor están acompañándola”.

La artista visual tendió un puente con la obra “El espejo, el Reloj y el Hilo” y explica que “si sumamos esto al siguiente cuadro, pensando que pudiera ser la misma chica, que a final de cuentas podría ser hasta la misma ropa. Podría ser el momento de recuperación de la tragedia y al observarse al espejo, éste le devuelve la calma, siendo el instante “cuando nos vemos en el espejo y decimos ‘Sí, todo está bien’”.

Luego, indicó que en las redes sociales, esto que vendemos es una imagen (una ilusión), pero al mismo tiempo vamos al espejo y vemos nuestra realidad, que puede ser otra.

De los dos personajes estableció que son dos estados de ánimo. “En la imagen del espejo, se lee una parte de mucha paz y a su contraparte la noto como un poco preocupada, preguntándose ‘¿Cómo le hago para salir de esta situación?’ Puede ser un antes o un después de la chica tirada de ‘La constelación de Escorpio’”, dejó abierta Nayeli Rosas.

Donna Oliveros dió un esbozo sobre la presencia de la mujer en el arte, y específicamente en el arte queretano, para luego establecer que la exposición devela “la diferente forma en que las mujeres ven en el cuerpo en otras mujeres y se involucran en los diferentes espacios sociales, culturales, políticos, etc”.

Aunque, infirió “no necesariamente porque exista un arte femenino, tiene que ver con las experiencias que tienen las mujeres, la manera en que históricamente se han desenvuelto en el espacio. La mayoría han sido educadas con una estructura sociocultural determinada que les ha imposibilitado, incluso, el poder tener acceso a diferentes espacios. La manera en que las mujeres ven la maternidad desde dentro y afuera. Como madres y mujeres que observan a otras ser madres. entonces. La mirada de otras artistas nos posibilita ver otro ángulo de la realidad social”.

La periodista cultural subrayó que “en esta exposición, la manera en que Esmeralda Néreisis aborda no solamente a la cotidianidad de otras mujeres, la manera en que habitan su propio cuerpo o buscan reconstruir esos estereotipos y prejuicios que han sido vertidos en su existencia”.

Oliveros apuntó que Esmeralda introduce en su obra el tema de la medicina ancestral, también la llamada brujería y chamanismo. “Temas que también han sido discriminados y están cargados de prejuicio. Incluso han sido relegados de la ciencia misma. Entonces tenemos una interseccionalidad de temas muy interesante que nos permite acercarnos de otra manera a las brujas. ¿Quiénes son las brujas? Esmeralda Néresis las resignifica en esta obra. Son mujeres que portan la sabiduría ancestral y la podemos ver en específico en esta obra titulada “Mercado de Sonora”.

Esta aproximación al tema es una forma en cómo se autorrepresenta.

El cierre de la dinámica fue la participación del público invitado a interpretar las imágenes, apropiarlas y leer su simbología. Así culminó la actividad, en una velada qué más que punto de reunión en torno a la obra, fue un ritual colectivo para apreciar la obra desde otras miradas.

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