La investigación de Giancarlo Pulido Macías sobre música ranchera mexicana concluyó en la obra de teatro ¡Viva México, cabrones!, estrenada en mayo de 2003 en Chile, durante el tiempo en que realizaba su posgrado como director de escena. La pieza nunca se había montado en México, hasta el pasado fin de semana.
En conmemoración del décimo aniversario luctuoso de Giancarlo finalmente se estrenó en México la puesta en escena, con la dirección de Víctor Sasia y en el escenario de Cómicos de la Legua de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). Y tendrá más funciones el 30 de septiembre; 1, 7, 8, 14 y 15 de octubre, a las 20:30 horas.
El mesón de los Cómicos no era un lugar extraño para Pulido Macías, porque colaboró de cerca con la compañía universitaria, la más antigua de Latinoamérica; Roberto Servín Muñoz y Aurelio Olvera Montaño, fundadores del grupo, recuerdan con aprecio el trabajo, dedicación y legado del autor. La misma agrupación recibió como donación la biblioteca de arte y teatro de Giancarlo.
Para la UAQ, Pulido Macías es una figura importante, por ser el impulsor de la carrera técnica de actuación que fue la base para la actual licenciatura, además de que fue mentor de varias generaciones de actores y directores que actualmente son parte del gremio teatral.
Al estreno de ¡Viva México, cabrones! asistió la rectora de la UAQ, Teresa García Gasca; el titular de la Secretaría de Extensión y Cultura Universitaria, Eduardo Núñez, quien apoyó la realización del montaje; además de la familia y amigos de Giancarlo, compañeros universitarios y alumnos.
Exalta la música ranchera
Giancarlo Pulido creó la dramaturgia de la obra analizando las canciones “Ella” y “El Rey”, de José Alfredo Jiménez, y fue producto de una extensa investigación sobre la música regional mexicana que también se reúne en el libro titulado La Canción Ranchera Mexicana, fundamento estético, formal y temático para una puesta en escena, en donde se incluye el texto dramático ¡Viva México, cabrones!
La obra plantea la historia de dos jóvenes que se conocen y se enamoran, pero la muchacha vive bajo la mirada celosa del padre, lo que complica la relación de los enamorados.
Para el productor y director de cine, Edgar Pulido Macías, hermano de Giancarlo, la obra también evoca al cine de oro mexicano, la cultura popular y por supuesto, la música ranchera, que provocaba la admiración en Latinoamérica, de ahí su éxito en Chile.
“La investigación de Giancarlo tiene un planteamiento desde la mirada del cine nacional o la llamada época de oro del cine, en donde se produjo una cinematografía que no sólo recorrió Latinoamérica, recorrió el mundo, y permeó en Latinoamérica como parte de un imaginario, como parte de una narrativa y de una identidad, tiene muchos elementos con los cuales se identificó la gente en Chile, por las referencias campiranas, junto con la música mexicana, que sin duda marcaron una época”, dijo Edgar en entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro.
Tras su exitosa temporada en Chile, Giancarlo regresó a Querétaro, en donde ejercía como docente de la UAQ desde 1994, y de inmediato se ocupó de otros proyectos personales, además de dirigir trabajos de sus alumnos, es por ello que ¡Viva México, Cabrones! se mantuvo como inédita en tierras mexicanas. Pero en el país sudamericano, Giancarlo también creó la obra Dulce y Chocolate, que aún no se ha presentado en México.
Edgar explicó que la puesta en escena ¡Viva México, Cabrones! es una oportunidad para revalorar el genio de Giarcarlo, como director de escena, dramaturgo, escenógrafo, docente y fundador de la Carrera de Técnico Superior en Actuación de la entonces Escuela de Bellas Artes, “y que su legado continúe vivo con este estreno y montaje escénico, derivado de una investigación notable de la canción ranchera mexicana”.
“Debo decir que para las nuevas generaciones de la hoy Facultad de Bellas Artes de la UAQ, el legado de Giancarlo es inmenso. Visionario como pocos, supo germinar la enseñanza escénica en la universidad. Y eso sin duda tendría que ser recordado por la comunidad universitaria presente y futura, tanto de docentes como de alumnos”, agregó el productor de cine.
Giancarlo Pulido falleció a la edad de 47 años. “Los grandes hombres siempre se van rápido”, afirmó Roberto Servín Muñoz al recordarlo.