El carrito de Jair Guzmán Auza llama la atención de quien lo ve por la mercancía que ofrece y por el letrero que porta: “Se venden libros extraordinarios”. El joven egresado de Estudios literarios en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) sale a la calle a ofrecer libros a precios módicos para promover la lectura, hábito que se diluye y que parece perder terreno en el mundo digital.
Jair se instala cerca de una escuela primaria cerca de Plaza de las Américas. Sus libros, de pasta dura en color rojo, están colocados de forma ordenada. “Son novelas policiacas y novela negra”, explica.
Indica que desde hace tres años se dedica a vender libros, y hace un año que tiene su carrito. Antes salía en una bicicleta. “Estudié la carrera de Estudios literarios y como parte de hacer algo relacionado a mi carrera, se me ocurrió este carrito, de manera ambulante, para acercar a la gente de manera que se pueda interesar por la literatura”, abunda.

Es la hora de la salida en la escuela. Las madres, algunos padres, así como algunas abuelas y abuelos acuden por los chicos a la primaria. Miran con curiosidad el carrito de Jair y sus libros rojo brillante, en espera de ser leídos.
Dice que en estos momentos del año, por ser octubre, los títulos que más comercializa son del género de la novela negra, ya sea policíaca, relacionada con asesinatos, o del estilo de Edgar Alan Poe, o Howard Phillips Lovecraft. También ofrece libros de filosofía, historia y poesía. De todo tiene en su liberaría sobre ruedas.
Comenta que por lo regular el lugar donde se instala es en la colonia Álamos, generalmente por las tardes. En las mañanas recorre varios puntos de la ciudad, como la avenida Universidad, la UAQ, en donde hay más personas busca estar presente.
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Sobre en qué lugar hay más compradores de libros, sostiene que eso depende de la zona y de los interesados. “En las escuelas, generalmente, se interesan más por literatura infantil o juvenil. Ya en zonas más aglomeradas, depende. En las universidades se interesan más en filosofía, cuestiones de ingeniería. Ahí hay gran variedad de compradores. Es dependiendo de la zona”, abunda el joven.
Un hombre mayor se dirige hacia la escuela. Va por su nieta. Cuando camina frente al carrito de Jair voltea la mirada con curiosidad. Minutos después pasa de regreso, y vuelve a mirar los libros y el cartel que indica cuál es la mercancía que se oferta.
Comenta que hay ciertas temporadas del año en las cuales se venden más libros. Por ejemplo, durante febrero, por el Día del Amor y la Amistad, las ventas aumentan, principalmente de novelas románticas. De igual manera, a finales de año, las ventas suben en general. Sobre los autores y temas más buscados, se encuentran Poe, Lovecraft y autoayuda, de diferentes autores, son los más buscados.

Jair comenta, a pregunta expresa, sobre qué libro recomendaría, dice que El Principito, si la persona no está tan cercana a la literatura. Ello, por el trasfondo que tiene, pues afirma que no es literatura para niños, es más apta para adultos, que se hagan conscientes del mundo que los rodea.
También recomendaría poesía de autores como Manuel Acuña, Ramón López Velarde, César Vallejo, y una gran cantidad de poetas.
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Un gran reto
En una época en la cual los videos se vuelven virales en las redes sociales, donde parece que las personas dedican menos tiempo a la lectura para destinarlo a los contenidos en streaming, Jair expresa que fomentar este hábito es un problema muy grande.
“Así como en los periódicos se dedican a escribir notas y reportajes, también aquí, vender literatura, vender libros, es muy complicado. México está en los peores lugares en cuanto a lectura. India pertenece a los primeros lugares, sus habitantes leen 20, 30 libros al año. México se sitúa en los últimos 10, con cuatro libros leídos al año. Es muy complicado, debido al uso del Internet, la gente quiere todo de manera inmediata, ya no pueden leer un libro completo porque se aburren.
“Una de las maneras en las que yo puedo atraer a la gente es contando la historia de lo que trata el libro, de esta manera puedo enganchar a la persona para que pueda intentar leer el libro”, sostiene.

En México, según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), en sus estudios más recientes, como el Módulo sobre Lectura (Molec), de 2023 y 2024, el promedio de libros que una persona lee al año es de aproximadamente 3.2 a 3.4 ejemplares.
La educación, en la cual obligan a leer en lugar de hacerlo por placer, influye mucho en este alejamiento de la sociedad de la literatura. Cuando las personas se acercan con Jair, siempre les pregunta qué temas le gustan, pues si les recomienda un libro que no es capaz de engancharlos desde el inicio, pierden interés en la literatura.
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“Influye mucho, pienso yo, al querer mostrar a los jóvenes una literatura que no llama su atención. Más bien es recomendarles libros que sean a su gusto, para que tengan ese gusto por la literatura”, precisa.
Jair recomienda acercarse también a las librerías de su preferencia y pregunten por los ejemplares de los temas que les interesan, que sean de su agrado, y los libreros les harán llegar los títulos de su gusto. “Acérquense a leer”, añade.