Sabe si alguna vez tus labios rojos

quema invisible atmósfera abrasada,

que el alma que hablar puede con los ojos

también puede besar con la mirada.

Gustavo Adolfo Bécquer

El color dispara, gracias a algunos receptores oculares, estímulos en el cerebro. El color nos puede evocar emociones, modificar conductas y generar sensaciones. Todo esto envuelve a los pigmentos dentro de un sistema de comunicación organizado por el hombre, pero sin alejarse totalmente de la simbología otorgada desde la naturaleza misma.

En el cine, un personaje nos habla a través de los signos: el lenguaje de la presencia física, del comportamiento y de la lengua escrito–hablada.

Para el interés del día, nos centraremos en el lenguaje de la presencia física, aunque deseo aclarar que los tres se encuentran surcados unos por los otros.

El repertorio del maquillaje tiene carácter universal, ha sido empleado para agradar y embellecer, pero también para inspirar temor y alertar de algún peligro. Generalmente para hacer comprender a sus semejantes determinadas peculiaridades de sí mismos.

Tal es el caso, en el cine, de las femme fatale, quienes con sus labios rojos muestran su rebeldía, atrevimiento, erotismo y fuerza.

Como Marilyn Monroe en Los Caballeros las Prefieren Rubias (1953) y Denny Succo siendo Sandy al final de Grease (1978). En los 90 resulta recurrente encontrar esos labios en películas y personajes emblemáticos como Michelle Pfeiffer en Batman Returns (1992), Uma Thurman en Pulp Fiction (1994), Kim Basinger en L.A. Confidencial (1997), Nicole Kidman en Moulin Rouge (2001) y Angelina Jolie con Maléfica (2014), por mencionar algunas, son impensables, seguramente, sin ese pintalabios color sangre.

Tomando como estandarte un rojo vivo, enfatizamos el gesto en una mujer, haciendo de sus labios un mensaje. ¿Amenazador? quizá, alertante, tal vez, encantador… seguro.

Pero, ¿por qué nos encanta?, ¿qué razón nos da para alertarnos?

Según la neurociencia, al percibir ese color los neurotransmisores de nuestro ojo le mandan la información de lo transmitido al cerebro, en donde es procesada como una sensación de alarma o urgencia. Entonces nuestro cuerpo reacciona a la estimulación neurosensorial, aumenta la frecuencia cardiaca y los niveles de adrenalina. En la naturaleza, el rojo también es señal de peligro, algunos animales venenosos, como la viuda negra, están dotados de tonos rojizos para avisarle al depredador que, aunque chiquitos, no son indefensos

El rojo es el color más violento y estimulante, asociado con la guerra, la sangre y el fuego, que simbolizan pasión y agresividad.

Todo esto forma parte del desarrollo histórico de la humanidad, por tanto podríamos decir que está dentro de nuestro ADN evolutivo, además de que los significados asociados con cualquier color, se van aprehendiendo conforme crecemos y convivimos con una sociedad de la cual estos acuerdos tácitos ya forman parte desde generaciones atrás.

Ahora podemos entender un poco más las sensaciones que nos generó el cine haciendo un guiño al color rojo en las femme fatale que nos ha presentado.

¿De qué otra forma estimula el maquillaje nuestros sentidos y la percepción que tenemos de lo real?

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