“Nunca nada va a superar a la realidad”, dice Jonatan Edirson Casado. Pero esta tecnología, con proyectos bien desarrollados, detalla el experto en realidad virtual, es una herramienta ideal para comunicar, hacer arte, promover la historia y la cultura, además tienen el campo abierto en la educación y la medicina.
“Con este tipo de tecnologías podemos buscar una solución a problemas que tenemos en la vida cotidiana, mucha gente ataca estas tecnologías porque dice: son videojuegos, son maquinitas, pero una vez que se mete a conocerlos, ya la mente le cambia, porque parece que estás en otro plano, y puede abarcar diferentes ramas, a nivel científico, salud, artístico, de comunicación, empresarial y tecnología”.
Jonatan tiene ocho años inmerso en el tema, es egresado de artes visuales con línea terminal en diseño gráfico, “pero siempre quise aprender animación”, platica en entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro. Actualmente estudia la maestría en Desarrollo en Videojuegos, en Morelia, y en su tesis expone que los estudiantes pueden aprender mejor si les brindan herramientas visuales.
“Pueden aprender mejor si les enseñas de manera visual, más que con texto, no porque no lo aprendan, sino porque la juventud vive muy apegada a las tecnologías, si le pones la misma información, pero compuesta con la tecnología que ellos consumen, como los videojuegos que tienen en su celular, pueden captar mejor la información. Y así podemos llegar a muchas personas”.
Promueven cultura ancestral
Junto con Aurelio Núñez, docente, investigador y director del Festival de la Lengua, Arte y Cultura Otomí, Jonatan trabajó en el proyecto de realidad virtual Hmi Jwä, que muestra parte de la cultura ancestral otomí, originaria de la entidad. Dura seis minutos y se centra en la historia de una planta sagrada, conocida como pericón o flor de San Juan.
El objetivo del proyecto es utilizar la tecnología para revalorar las culturas originarias de México y construir una sociedad intercultural que dignifique sus raíces. Y ya hay otros proyectos en pie que siguen esa misma línea.
“Mi cuestión no es hacer cosas para Mario Bros, sino hacer cosas para los aztecas, los mayas, nuestra cultura que es muy importante, somos ricos y a veces no nos la creemos, estamos muy agringados, pero México tiene mucho potencial y para mí es un orgullo. Mi objetivo principal es la cuestión de la cultura, la educación, y contribuir y colaborar con eso, porque nuestro país ha vivido etapas muy violentas, y quiero contribuir con un grano de arena para cambiar, nos ha tocado ver caer hermanos, desapariciones, pero ahorita tenemos ese compromiso de promover la cultura y el amor al arte para promover un cambio, para crear una mejor sociedad”.
A la animación, Jonatan se acercó a través del formato GIF. Actualmente colabora con diferentes proyectos, en la Facultad de Ingeniería de la UAQ y en el Centro de Arte Emergente, donde desarrolló una animación inspirada en el poeta Francisco Cervantes Vidal.
El trabajo de realidad virtual busca ofrecer una experiencia inmersiva, y para lograrlo se involucra la colaboración de muchos expertos, desde el investigador, el guionista, el músico, además del equipo creativo que da vida a la animación.
“Alguien que hace videojuegos es una agencia compuesta de talentos, en mi caso me enfoco en la integración artística, para que el proyecto tenga la calidad dimensional e inmersiva que a todo mundo nos gusta”.
Los campos para esta tecnología son ilimitados. “A la gente le digo no se desesperen, hay que ser paciente porque este tipo de herramientas van evolucionando y hay que saberlas encaminar, que no sólo vayan al entretenimiento y al ocio, eso ya está lleno, creo que podemos buscar otras vertientes”.
Como ejemplos menciona la medicina, doctores retirados, pero con gran experiencia, pueden usar este tipo de tecnologías para aplicar sus conocimientos en un quirófano. Y en el campo artístico habla de múltiples posibilidades, porque se puede colaborar con expertos de varias disciplinas para crear un proyecto.
Más sobre Jonatan Edirson Casado
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