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¿Quién fue el marqués del Villar del Águila que financió el acueducto de Querétaro?

Tras la majestuosidad del acueducto de Querétaro se oculta un pacto, un marqués enamorado y una inmensa fortuna; esta es su historia

Tras la majestuosidad del Acueducto se oculta un pacto. Foto: Especiales
11/11/2025 |08:19
Jessica Gayosso
Redactora en los sitios regionales de EL UNIVERSALVer perfil

El emblemático es una maravilla virreinal de la capital. Detrás de sus impresionantes 74 arcos se esconde la visión de un hombre que impulsó esta obra pública para dotar de agua a los ciudadanos.

Su nombre es Juan Antonio de Urrutia y Arana, quien fue el tercer marqués del Villar del Águila. Nació en el Valle de Llanteno de Ayala, España, en 1670, y cruzó el Atlántico por invitación de su tío, el primer marqués del Villar.

Su tío, una figura influyente como caballero de Santiago y alguacil Mayor de la Inquisición, lo preparó para heredar una de las fortunas y títulos nobiliarios más importantes de esa época.

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El joven ascendió rápidamente en la jerarquía administrativa. Inició como Guarda Mayor de la Moneda, y su experiencia vital la adquirió al ser nombrado Corregidor de la Ciudad de México en dos ocasiones. Fue durante estos periodos que se familiarizó con el sistema de acueductos urbanos.

El proyecto de su vida

De acuerdo con datos históricos, lo que le permitió realizar este proyecto fue su vida personal. En 1699 se casó con María Josefa Paula Guerrero Dávila Moctezuma y Fernández del Corral, considerada como una de las mujeres más ricas de la Nueva España. Juntos visitaban a la sobrina y protegida de la marquesa, la monja capuchina Sor Marcela, en la ciudad.

Fue en una de estas reuniones que el marqués aceptó supervisar y financiar la construcción del acueducto. Gran parte de esta gran inversión provino de la inmensa fortuna de su esposa, la marquesa María Paula.

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Juan Antonio murió en la Ciudad de México en 1743, pero su legado perduró con su contribución. Foto: Redes sociales

Bajo su dirección se construyó el acueducto, asegurando el suministro de agua para la población. Juan Antonio murió en la Ciudad de México en 1743, pero su legado perduró con su contribución.

Sus restos fueron sepultados en la iglesia de Santo Domingo, también se construyó una estatua de metal en su honor en la Plaza de Armas.

La leyenda de amor del Marqués

Dicen que bajo los imponentes 74 arcos del acueducto de Querétaro se esconde la historia de un amor imposible.

La leyenda cuenta que don Juan Antonio de Urrutia y Arana se enamoró perdidamente de la monja Sor Marcela, a pesar de estar casado.

Consciente de la imposibilidad de su afecto, y movido por la devoción "platónica", el marqués encontró una forma de honrarla, pues cuando la monja le confió la gran necesidad de agua que padecía su convento y la ciudad entera, él no dudó y le prometió financiar la construcción de la obra virreinal más ambiciosa.

¿Crees que esta leyenda es real?

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