A nivel nacional se está empoderando la comunidad sorda, dice Aldo Rocha, intérprete de Lengua de Señas Mexicana, actividad que comenzó desde 2010; Aldo también es actor y en el Festival Oxímoron impartió un taller de teatro para sordos, actividad que marca el inicio de Palágrafas, grupo que contempla, para mayo, la presentación de una primera pieza escénica.

Aldo retoma la idea de que “la lengua de señas es un pequeño teatro, porque tienes que estar representando en tiempo real, un mensaje que tiene que llegar a un espectador”. Y explica que la lengua de señas y el teatro tienen en común los objetivos de comunicar, compartir, expresar.

Palágrafas se describe como teatro de sordos, experimentando en grupo, desde y para la comunidad sorda, pero la puerta estará abierta a todo tipo de espectadores. En escena usarán todas las herramientas del ejercicio teatral para contar historias, incluso se planea integrar música original, pues trabajarán desde los conceptos de ritmo y vibración, que se pueden sentir.

“La propuesta es crear historias a partir de la lengua de señas, para crear historias, microrrelatos,incluso utilizando lengua de señas francesa para salir de nuestra zona de confort, esas son nuestras premisas, vamos a ir descartando y agregando ideas. Vamos a trabajar con historias de teatro, pero no partiendo de textos, porque es teatro de sordos, es partiendo de señas, la idea es dejarlo en un punto donde no necesitamos palabras para que el mensaje se transmita y sea comprensible, esto se ve en el teatro físico, en el clown, y es un tema con el que estoy familiarizado”, platica Aldo Rocha en entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro.

El nombre del grupo une dos términos: palabras y ágrafas, que da la idea de palabras que no se escriben. Aunque Palágrafas apenas se da a conocer, el interés de unir a la comunidad teatral con la comunidad de sordos viene de años atrás.

“Siempre he intentado vincularlos, pero luego estaba entre la espada y la pared, me he acercado a quienes admiro en teatro, y no es fácil hacerles entender que sí es viable incluir lengua de señas al teatro y viceversa, cuando voy con ideas de teatro a la comunidad sorda a veces lo ven como no tan accesible, por lo mismo que las referencias de cada universo son muy diferentes en apariencia, pero para mí que he llevado estas dos formaciones, una de manera casi autodidacta, sí veo un punto de convergencia”.

Entre 2011 y 2012 realizaron el primer ejercicio de hacer teatro de sordos, con la traducción de la obra El Holandés, que aborda varios tópicos del racismo. “La adaptamos a la lengua de señas, era un trabajo colectivo, no tenía nombre, éramos una agrupación diversa, con gente de la comunidad sorda y algunos curiosos”.

Ahora, Palágrafas, en conjunto con la asociación Latidos Sordos, busca generar una plataforma de diálogo y reflexión, para que lo vean “no tanto como un grupo vulnerable, sino como un grupo de artistas, o jóvenes haciendo proyectos de cultura”.

Un intérprete autodidacta

Aldo Rocha empezó a aprender lenguas de señas mexicanas en 2010, tenía la experiencia de lo complejo que es la comunicación con una persona con sordera al convivir con un primo sordo.

“Me llamó la atención la interpretación y la figura de un intérprete, y empecé de manera autodidacta; en México puedes prepararte como intérprete, independientemente que ya hay asociaciones o escuelas, pero la realidad es que a la fecha te profesionalizas pagando por ir a los talleres que sueles ver en convocatorias, y el gremio va creciendo, pero no hay una institución con la que tengas una licenciatura o un reconocimiento de grado académico”.

Trabaja en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), desde que empezó su programa de inclusión a personas con discapacidad y ha participado como intérprete en festivales como Oxímoron y Siguientescena.

Se formó como actor en la Facultad de Bellas Artes de la UAQ, desde ahí nació su interés por vincular al teatro con la lengua de señas, ha tomado talleres con Seña y Verbo Teatro, que ha sido una inspiración.

En el camino, Aldo se dio cuenta que se realiza el ejercicio de teatro para sordos, pero teóricamente no hay un libro o mucha bibliografía sobre ello, “en ese afán de seguir y dejar algo por escrito, es que no quito el dedo del renglón”.

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