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Paco Rabell y Hugo Gutiérrez, dos maestros en la eternidad

Además de una amistad, ambos compartían el amor por el teatro y dejaron un vasto legado en Querétaro

Foto: Archivo. El Universal
06/12/2020 |07:06Rocío G. Benítez |
Rocío G. Benítez
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Cuando Hugo Gutiérrez Vega llegó con los estudiantes de la academia de oratoria, que él mismo inició, para anunciarles la creación de un grupo de teatro itinerante, el primero que dijo “yo me apunto” fue Paco Rabell.

La Barraca, compañía universitaria de Cómicos de la Legua, fue el nombre propuesto por Hugo. “Oye Hugo, ¿qué es un cómico de la legua?, preguntó el joven e inquieto Paco Rabell.

“Mira gordo —siempre me decía gordo, no sé por qué—, el cómico de la legua tiene dos acepciones, uno es el que recorre la legua haciendo teatro, la otra versión es que los señores feudales no dejaban entrar a los cómicos a sus feudos, porque tenían muy mala fama, entonces hacían sus funciones a tantas leguas del feudo, y de ahí se le nombró: cómicos de la legua, porque los echaban leguas a fuera”, explicaba con detalle Rabell.

Paco Rabell y Hugo Gutiérrez, dos maestros en la eternidad

“¿Huguito y por qué no le dejamos al grupo simplemente: Cómicos de la Legua?”, preguntó Paco a Hugo. “Puede que tengas razón, gordo”, contestó.

Cómicos inició su andar por la entidad, presentándose en plazas de pueblo, en pequeños sitios donde nunca habían visto a un actor, con la consigna que había marcado don Hugo: “al pueblo hay que regresarle lo que es del pueblo y el teatro es del pueblo”.

Luego extendió su ruta a todo México y después miraron al extranjero, llegaron a Europa y el más animoso por supuesto era Paco.

Después de 20 años en Cómicos de la Legua, Rabell inició su camino nuevo. Y en su hogar, una antigua casona del Centro Histórico de Querétaro, creó su teatro Corral de Comedias. Aunque Gutiérrez Vega se fue de Querétaro, siempre que volvía y tenía la oportunidad, visitaba a su amigo Paco Rabell.

“Hugo es un tipo fuera de serie, simpatiquísimo y dentro de esa simpatía tiene un humor muy fino, solemne, siempre citando gente, porque además es un sabio. Y él me metió al teatro, como no quieres que lo quiera”.

El viernes 4 de diciembre, falleció don Paco Rabell. Ya se acompañan en la eternidad este par de amigos, amantes del teatro.

Patricia Corral, directora de Cómicos de la Legua, la compañía universitaria más antigua de Latinoamérica, recordó a don Paco Rabell, como uno de los fundadores de Cómicos de la legua y distinguió su legado, muy apegado al ejemplo de su amigo Gutiérrez Vega.

Paco Rabell y Hugo Gutiérrez, dos maestros en la eternidad

“Don Paco es fundador de Cómicos de la Legua, y él, como muchos de aquella generación, fue contagiado del amor del teatro a través de Hugo Gutiérrez Vega. Cómicos de la Legua y Corral de Comedias somos hijos de Hugo Gutiérrez Vega.

Y don Paco es un hombre muy importante en el teatro, cuando él inicia con su teatro nunca perdió el fundamento de Gutiérrez Vega, de cuidar lo que llevas a la sociedad como teatrero, y eso se lo inculcó a muchos actores, por eso las obras de Corral de Comedias son tan diferentes a muchos grupos de teatro que no vivieron esta parte de Cómicos de Legua, y don Paco siempre se preocupó por eso es muy importante y muy transcendente lo que en ese sentido dejó don Paco en Querétaro”.

El Corral de Comedias, con el mando de don Paco, también viajó por México y Europa, tiene en su repertorio más de 80 montajes de géneros como comedia musical, zarzuela, teatro político, teátrico clásico español, clásico inglés y dramas.

Sólo la pandemia ha podido detener la actividad en el Corral de Comedias, hace una semana anunciaron la reapertura del teatro, pero días previos al deceso de su fundador, avisaron de la suspensión. Volver al Corral de Comedias sin la presencia de don Paco, quien siempre estaba al tanto de todo, compartiendo silla con los espectadores, será sin duda extraño y triste para el público asiduo, pero la función debe de continuar, diría el mismo Paco Rabell.