A través de la economía de las formas, el artista potosino Oscar Ortiz Maldonado muestra tanto la riqueza de los materiales como sus posibilidades estéticas para atrapar a los espectadores en la tridimensionalidad de sus esculturas.

Radicado en Querétaro desde hace casi 30 años, combina la realización de obra con la preparación de exposiciones; la impartición de cursos y sus actividades como diseñador industrial.

Explica su interés permanente por regresar el volumen, valorar el vacío, significar el ritmo, la simetría, lo cóncavo, lo convexo, la forma, la textura, y la línea. Todo ello en barro, madera, hierro, mármol o cualquier otro material.

“Mis obras —afirma— son siempre el resultado de una historia que contar, de mi constante curiosidad, de la serendipia y del tiempo para darle ese nuevo orden a esas cosas, a esos materiales…”.

En este sentido, Ortiz Maldonado asume la suerte y el juego, lo cual remite al cuento persa “Los tres príncipes de Serendip”, donde los protagonistas experimentan descubrimientos y encuentros no necesariamente buscados.

Reconoce influencias de Henry Moore en cuanto a las formas orgánicas; Chillida y Oteyza respecto al vacío y los volúmenes, y el sentido del tiempo; y Calder en cuanto al juego y la dimensión urbana. Además, “Rodin, Mitoraj y Marín me recuerdan constantemente que lo humano sigue vigente en el arte, y que la expresión en las obras sigue moviendo emociones”.

Menciona que en sus esculturas, de variedad temática, “existe un mundo imaginario que da estructura y razón… piezas que encontraron rumbo y sentido en esta nueva disposición de las partes que las conforman y que muestran un nuevo orden; y que permiten ver al espectador, lo que no ve a simple vista”.

Aunque reconoce la conveniencia plástica de utilizar procesos tradicionales en la elaboración de sus piezas, también le maravilla la precisión de los procesos contemporáneos como el corte con laser o agua, el sandblast y la pintura electrostática, entre otros.

Además de sus exposiciones en Querétaro, ha participado en colectivas en Córdoba y San Miguel de Tucumán, Argentina —donde tiene obra—, y en el parque escultórico ESSARTS de Quebec, Canadá.

Es reconocido su compromiso por promover la formación artística por medio de metodologías creativas enfocadas al desarrollo de proyectos que van desde el concepto hasta la exposición de esculturas.

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