La vida como la naturaleza es perfecta, dice Guadalupe Campos, porque te da alegría y felicidad, pero también carencias, te enfrenta a enfermedades imposibles de curar, y de todo ello se aprende.

Y así, Naturaleza perfecta, Guadalupe nombró a su primera exposición individual, que se inaugura hoy, a las 19:00 horas, en el Centro Queretano de la Imagen, como parte de la octava edición del Festival Oxímoron.

Naturaleza perfecta se inaugura hoy
Naturaleza perfecta se inaugura hoy

La muestra reúne cuatro imágenes hechas en light painting (pintar con luz), la técnica favorita de la fotógrafa, y se exhibirán acompañadas de un Código QR, que permite al espectador escuchar, en la voz de Guadalupe, el significado de cada fotografía. El uso del Código QR es uno de los aprendizajes que adquirió durante la pandemia, Lupita, como también la llaman.

Primavera, verano, otoño e invierno, comparadas con el ciclo de la vida de los seres humanos, es el eje que guía el proyecto de Lupita, quien es fotógrafa con ceguera, terapeuta y una retadora de la vida.

En el centro de cada fotografía se ve a un árbol, un árbol humano, explica la misma fotógrafa. “¿Y quién es ese árbol?”, lanza la pregunta Lupita, y contesta: “Ese árbol soy yo”.

Un aliciente 

En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro, Guadalupe Campos explica que el Festival Oxímoron y la presentación de su primera exposición individual es un aliciente, porque la pandemia detuvo sus talleres y su producción fotográfica, aunque no por completo, porque en medio del enclaustramiento aprendió de otra técnica fotográfica, el timer, por medio de un proyecto de British Council que la llevó a reencontrarse a la distancia con la fotógrafa Sonia Soberats, y hacer un trabajo colaborativo con la fotógrafa de baja visión Karren Visser. Todo el proyecto se realizó a través de Zoom, así comenzó a acercarse a esta plataforma, además de conocer y utilizar el Código QR.

“La pandemia nos lastimó mucho, como a toda la gente, pero en especial a la cultura, porque se cerraron todos los espacios en los cuales nos podíamos expresar; sin embargo, la mente ha seguido creando y estamos esperando el momento para poder producir.  En 2021 se hizo el proyecto con Sonia  y Karren, todo fue a través Zoom, en la ceguera puedes guiarte con la tecnología, la verdad, la tecnología se vuelve nuestro brazo derecho, la computadora se vuelve una herramienta importante, y aprendí que por medio de comandos, estando en Zoom, puedo levantar la mano, abrir el micrófono,  abrir un video; y aprendí que en el celular por medio de una ventanita escaneo un código que me lleva a una información, puedo ver cartas en un restaurant, de ahí vino la idea de incluir en mi exposición el Código QR, me parece importante porque es una forma que para mí, como ciega, de ayuda a comunicar”.

Entre las cuatro estaciones

Lupita también planeó para su exhibición un ambiente que remite al espectador  a las sensaciones que brinda la naturaleza.
“Para la exposición espero tener esencias aromáticas, que es lo que yo uso en mi trabajo como terapeuta, y el Código QR es para que las personas puedan tener una idea y ver lo que hay en la foto, con palabras mías”.

La primavera que representa Lupita  evoca la etapa de la infancia en donde brilla la emoción, la alegría, no existen los problemas y todo es felicidad.
El verano es la etapa de la juventud, donde el cuerpo produce, “ese árbol humano que somos tiene frutos en las manos, tiene sus raíces que son los pies súper plantados en la tierra, y los brazos elevados, porque el verano es la juventud, la felicidad y el éxito, es una emoción que todos deberíamos de buscar: la felicidad”.

Después llega el otoño, “es la etapa en donde yo me situé, yo soy un otoño, la época en que el árbol desprende sus hojas, tira todo lo que ya no le sirve y aunque no quieran se desprenden, yo perdí mi vista, la discapacidad a mí no me dijo: vas a quedar ciega en este momento. No, llegó simplemente, con esa cirugía de un tumor en el cerebelo que me hizo perder la vista hace 11 años; y yo me situé en ese otoño, ese árbol está un poco chueco, sus raíces están desalineadas y en ese retrato está la tristeza, el árbol muestra la nostalgia y es la etapa adulta donde el cuerpo empieza a perder, donde empezamos a hablar del mejor dermatólogo, cardiólogo, y hasta empezamos a hablar de los mejores medicamentos, porque estamos experimentando las pérdidas, pero como el individuo no tiene la madurez de la aceptación, surge un problema y de ese problema surge una pregunta: ¿por qué a mí?”.

El invierno es cuando el árbol se cansa, sus tallos y hojas se caen, su tronco se seca, el árbol muere y llega la tristeza, “pero la naturaleza es perfecta y el ciclo vuelve a comenzar”, explica Lupita Campos.

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