Ayer se anunció el deceso de Roberto Cuevas, escritor, productor de radio, narrador oral escénico, y en los últimos años colaborador del Fondo Editorial de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), como corrector de estilo. Por eso se volvió una imagen familiar verlo ahí, a las afueras de la oficina del Fondo Editorial, en el Patio de los Naranjos de la exprepa centro, tomando un breve descanso, con la amabilidad para saludar y conversar un rato.

Roberto nació en el Distrito Federal, creció en Xalapa, Veracruz, en donde comenzó a escribir y publicar; con la creación de Radio Querétaro se trasladó a esta ciudad, en donde continuó su labor literaria, y también hizo historia como docente.

Amigos y colegas de Cuevas, al saber de su inesperado fallecimiento causado por un infarto, compartieron anécdotas y comentarios en los que destacan su labor literaria, su amistad, su generosidad como maestro, y su gran sentido del humor.

Araceli Ardón, escritora y columnista de EL UNIVERSAL Querétaro, dijo que su obra literaria estaba “hecha de inteligencia y talento. Este genial cuentista y poeta hizo de Querétaro su hogar durante muchos años. Su narrativa fue extraordinaria, hecha de inteligencia y talento. El brillo de su mente nos iluminó durante muchos años. Dejó cuentos, guiones de radio y medios audiovisuales, además de un trabajo literario realizado en el Fondo Editorial de la UAQ”.

La Mesa Directiva del Consejo Literario Queretano lamentó el fallecimiento del escritor de poesía y narrativa, docente y “un gran entusiasta de las letras y la cultura”.

Dalia Larisa J. Otero, presidenta del Consejo Literario Queretano, recordó que conoció a Roberto en junio de 1994, “de la banda de Dionicio Munguía, Marta Favila, Manuel Cruz. Respetuoso y riguroso en su oficio”.

Horacio Warpola también reconoció a Roberto como un “escritor imprescindible, profesor dedicado, lector voraz y grandísimo editor de textos, otra gran pérdida para la literatura queretana”.

Al cumplir 35 años de que se publicó su primera obra literaria, el escritor Roberto Cuevas confesó que le faltaba un gran pendiente, una novela a la que le había dedicado varios años, pero que aún no terminaba, “me exijo mucho, y ahí es donde a veces me atoro”.

En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro, el ganador en dos ocasiones del Premio Alejandrina, galardón otorgado por la UAQ, dijo que a lo largo de los años, como escritor, había cambiado enormemente.

“Afortunadamente soy de las personas que tenemos la capacidad de desaprender para aprender de nuevo, a mí no me toca juzgar la calidad de mis libros, mis cuentos o mis obras, ni de aquella época ni de ahora, pero, si me preguntan, puedo contestar que sí he avanzado, sí hay un cambio en temática, en técnicas, en mayor conciencia de lo que un texto narrativo necesita o no; en la poesía no tanto, en la poesía como que me voy al tanteo, nunca he sabido si lo que escribo es poesía o no, luego me entero por la reacción de los lectores y porque hay editores interesados en publicar esos textos”.

Fue docente en la Escuela de Escritores de Querétaro y Seminario de Creación Literaria; en Xalapa produjo “Linterna mágica”, por el que obtuvo el Premio Nacional de Radio al Mejor Guion Original en 1983.

En 1997 recibió en el Palacio de Bellas Artes el Premio Iberoamericano Chamán-Ciudad de México y en 2000 y 2004 fue el acreedor al Premio Alejandrina a la Creación Artística por su cuento “El sueño de las monedas de Adoración Arcángel”, y el poemario “Donde tuvo el amor sus jaulas llenas”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS