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Las películas sobre armas nucleares, como es el caso de la cinta de reciente aparicion, Oppenheimer, generan conversación entre la gente y eso es bueno, dijo Carlos Umaña, originario de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz 2017, porque en este momento “la gente de a pie, todo el mundo, está hablando del riesgo nuclear”.
Dichas películas, advirtió, tienen un alto grado de ficción, y en el caso de Oppenheimer faltan detalles de los hechos reales; sin embargo, abren el tema de conversación, sobre un problema real que presenta una amenaza mundial.
“Eso es algo que antes costaba mucho que se hablara en los medios; y esa conciencia de parte de la gente es un elemento importante porque lo que necesitamos es cambiar el discurso, que las armas nucleares no sean vistas como un privilegio, sino como un peligro y una amenaza”, agregó el activista, quien se encuentra de visita en Querétaro como invitado del Hay Festival 2023.
Las armas nucleares tienen que ser vistas como una amenaza existencial para todo el mundo, independientemente de si un país o no tiene armas nucleares.
Y aunque el desarme nuclear no es algo fácil, sí es algo posible, explicó.
“Vamos avanzando en la estigmatización de las armas nucleares, en cambiar la cara de las armas nucleares, en exponer la verdadera cara, que ya no se vea como una pieza de ajedrez, como una estrategia, sino como el máximo mal, así es como vamos logrando este cambio”, detalló.
Y dicho cambio, agregó, requiere de un apoyo social, de un cambio de discurso en el conciente colectivo.
Carlos Umaña recibió el premio Nobel de la Paz en 2017 junto con la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés), por “generar conciencia de las consecuencias humanitarias de las armas nucleares y por sus esfuerzos en conseguir una prohibición de dichas armas”.
El Premio Nobel fue uno de los invitados que abrieron las actividades del Hay Festival Querétaro, con una charla en donde habló sobre el ambientalismo y la necesidad de erradicar el armamento nuclear en el mundo, así como de su labor específica como científico y activista.
Umaña explicó que hay nueve países nucleares actualmente “y eso es un síntoma de una enfermedad”.
De ahí se debe reflexionar sobre cuál es el rol que le damos a las armas nucleares.
“Un arma nuclear no es un arma práctica, no se pueden detonar, porque no están hechas para destruir objetivo militares especificos, están hechas para generar una enorme destrucción, para matar a civiles de una forma espantosa, no se pueden controlar sus efectos, no respetan fronteras, y si se utilizan las armas nucleares es probable que se utilicen en su contra”.
México es un país importante en el tema porque fue aquí donde se firmó el Tratado de Tlatelolco, que proscribe las armas nucleares en AL.