Usualmente cuando pensamos en un western, nos imaginamos la historia de un forastero en un pequeño pueblo el viejo oeste estadounidense, enfrentándose él solo y su revolver a los forajidos del lugar —o indios según sea el caso— que atemorizan a la población entera y ganándose en el proceso la estima del pueblo en una historia heroica que es descrita a menudo como una “épica estadounidense”. Pero Johnny Guitar, del año 1954 dirigido por el cineasta Nicholas Ray, es un film western que se aparta de los cánones del género.

La película nos narra la historia de Vienna, la dueña de un Saloon que es amenazado por varios terratenientes de los alrededores. En especial por Emma, una mujer de clase alta que tiene grandes diferencias con la protagonista, la mayor de ellas en torno a Dancing Kid, un forajido y amante de la protagonista, quien se refugia con su banda en el establecimiento de Vienna al terminar el día, frente a este escenario aparece Johnny Guitar, un vaquero alejado del estereotipo propio del héroe de un western norteamericano, no porta armas, sólo lleva una guitarra en su espalda, y no aparece con intenciones heroicas. Solamente es un viejo conocido de Vienna que vendrá a reencontrarse con ella después de tanto tiempo y en este panorama tan tenso.

Este filme sí esta construido de tal manera que en su estructura rompe con lo establecido por el género western, ya desde la primera secuencia donde se asalta una diligencia —en la cual estaba el hermano de Emma— Johnny Guitar no cae en el estereotipo de vaquero heroico y no asiste a salvar a las víctimas del atraco, simplemente se mantiene observando para pasar después de esta escena con la verdadera protagonista de la película, Vienna. Y es que esta es la principal particularidad del filme: es un western protagonizado por mujeres, más allá de las diferencias entre Dancing Kid y Johnny Guitar, o el descontento de los capataces locales con Vienna la verdadera tensión narrativa se centra entre Emma y Vienna, la primera con características más cercanas a la violencia estadounidense, la xenofobia y la carga de prejuicios que habían construido a la nación norteamericana durante buena parte de su historia; por su parte, la segunda nos muestra una mujer independiente, quien se enfrenta a los retos que le causa su propio contexto al tratar de conseguir un espacio individual y que, al dejar su pasada vida junto a Johnny “Guitar” Logan, decide construir a base de su trabajo y sacrificio un patrimonio propio, además es un personaje femenino que domina sobre los principales hombres de la trama, Johnny Guitar y Dancing Kid.

Johnny Guitar es un filme que habla más allá de un reencuentro amoroso entre dos lejanos amantes, es una cinta que habla sobre el papel de una mujer como ente individual, sobre los prejuicios que rodeaban a una sociedad americana de mediados del siglo XX sobre estas problemáticas y sobre cuál era el verdadero papel de la mujer en la sociedad.

En esta obra, Nicholas Ray plasma una historia diferente tanto en su estructura como en sutiles datos en el guion, que nos demuestra que inclusive en un western se puede realizar una película acorde a la política de autor con una mirada propia, donde se cuente algo nuevo, nos permite disipar un poco las líneas y los conceptos del cine tanto como industria y como arte. A pesar de los preceptos que puedan rodear a un película western, Ray como autor muestra que una buena historia, acompañada del guion y el uso de elementos técnicos pueden usarse para romper las convenciones de un género y contar lo que se desea transmitir a la audiencia.

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