Contrario a la regla de todo museo o galería, en donde se prohíbe tocar las piezas expuestas, el proyecto Impacto táctil, de María José González Tostado, invita al público a tocar las piezas con las manos, y con los ojos cubiertos a imaginar su propia historia.
La serie se presentó en la Galería Libertad, en su primera temporada de exposiciones 2025, en el pasado Festival Oxímoron y ahora la artista está buscando más espacios, tanto en Querétaro como en Ciudad de México, para seguir creando diálogo a través del arte.
Impacto táctil tiene tres piezas, son la versión táctil de su obra que lleva el nombre Impacto; originalmente se presentaron en la sala Más allá de la mirada de la Galería Libertad, para personas con discapacidad visual, aunque la artista explica que cualquier persona, utilizando un antifaz, puede vivir la experiencia de tocar con sus manos la obra.
“Las piezas están hechas de materiales que pueden ser tocadas, normalmente en un museo o en una galería no te permiten tocar las esculturas y aquí es al contrario, puedes tocarlas, porque están diseñadas para tocarlas y vivir la experiencia tocándolas, y con un antifaz cubriendo tus ojos, es vivir la experiencia a partir de los otros sentidos. Es un proyecto que está incluyendo a todos, pueden ser personas discapacitadas o no. Incluye a todos”, explica María José en entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro.
María José González Tostado estudió diseño gráfico y desde hace 20 años es artista plástica. Tiene un proyecto titulado Impacto, de ahí surgió la idea de hacer la serie Impacto táctil, en donde además comparte historias personales.
“Lo que estoy platicando en estas tres piezas son situaciones personales de un proceso espiritual, sí tomo como hilo conductor la palabra Impacto, pero viene totalmente de procesos de terapia y sanación. Viene a partir de mis emociones, de ahí parte la idea. Es una obra conceptual y un poco abstracta, no es tan literal, ellos (el público) al sentir crearán su propia versión de la obra”.
Una pieza que llama la atención, porque está creada con mezclilla que forma un círculo y en medio hay un par de pies, lleva el título de Un salto a otro planeta. “Es una pieza que habla de una época de mi vida en donde estaba viviendo el proceso de cortar el cordón umbilical con mis padres y sobre todo con la madre, y sentía mucha culpa y vergüenza. Se llama Salto a otro planeta porque hay días que quieres saltar a otro planeta, quienes desaparecer de la transmisión, y por eso es como un planeta y solo se ven dos pies, no sabes si se cayó, o si se quedaron atorados. Y al sentirla cada una de las personas me da su versión de lo que apreciaron con sus manos e imaginación”.
Otra de las piezas es una cara deformada impactada por un libro, abriendo una interrogante, ¿qué historia te ha impactado?
“También es invitar a la gente que busque ser el protagonista de su propia historia, normalmente buscamos ser como fulanito, no, aquí es: Busca tu propia historia. El otro es una cara desfigurada y también es una figura muy abstracta, lo que quiero transmitir en ese rostro es que yo tenía seis años y me sentía un poco fuera de la sociedad, porque era muy tímida y sí me sentía como desfasada, entonces es como un rostro desfigurado, es una pieza muy divertida porque la gente la toca y se pregunta, por qué la nariz está delante y la oreja atrás, les digo que es algo como el Señor cara de papa y ellos empiezan a crear sus historias”.
María José tiene varias anécdotas divertidas de diferentes ocasiones en que ha convivido con el público que se sumerge en sus piezas táctiles. Eso la motiva a buscar más espacios para compartir dicha experiencia.