El año pasado, en la cuarta edición del Festival de la Lengua, Arte y Cultura Otomí (FLACO), se presentó una selección de Cosmovisión ñäñho, serie del pintor Eduardo Ruiz; las piezas son la parte visual del proyecto editorial que lleva el mismo nombre: Cosmovisión ñäñho, un libro coordinado por Ewald Hekking y Aurelio Núñez, en donde se concentran relatos de la cultura otomí de Querétaro, Estado de México e Hidalgo, con su versión en español, inglés y holandés.

Un año después, finalmente se presentó la impresión de dicho libro, en la celebración del quinto FLACO, junto con la exposición de la serie completa de pinturas, que ahora mismo se encuentran en el Centro de Arte Bernardo Quintana de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). La publicación de Cosmovisión ñäñho tendrá diversas presentaciones, una de ellas será en Holanda.

En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro, el lingüista Ewald Hekking, impulsor del programa de Rescate y revitalización de la lengua ñäñho de Querétaro en la UAQ,  explicó que con este libro, además de recuperar los relatos que se cuentan de forma oral en las comunidades otomíes de Querétaro, Estado de México e Hidalgo, se logró  tener un documento que sirva para lectura de los indígenas que dominan la lengua otomí, que sea una herramienta para los que apenas están aprendiendo; y su versión en español, inglés y holandés, es para que conozcan en otros países  la belleza de sus relatos y poética que profesan en la cultura otomí de forma natural.

“Este libro nace como una gran necesidad, para los mismos hablantes del ñäñho, para que se reconozcan y puedan decir: ¡Qué bonita es mi lengua! Y todo lo que va relacionado con la lengua, la cultura, pero la lengua es el reflejo de la cultura, por esto es muy importante. La cultura otomí y su cosmovisión es importante que no sólo se divulgue en la lengua ñäñho, que es muy importante, porque los mismos hablantes y lectores otomíes podrán tener el acceso a ella, pero también en español y en el inglés para que se conozca esta  cosmovisión  tan especial, que tiene una riqueza enorme que tenemos aquí y queremos que se conozca en otras parte del mundo”, dijo Hekking.

Eduardo Ruiz se encargó de concretar en imágenes los relatos que recopilaron, como la historia de unos gigantes de piedra que habitaron la zona otomí, la creencia de que los niños no pueden jugar con la tierra de la milpa porque el maíz se convierte en huitlacoche. En la pintura “El canto de los grillos”, se cuenta la historia de Jwä, El Creador, quien dio a todo ser en la tierra una función, y a los grillos le otorgó la virtud de cantar con el fin de que la bóveda celeste no se caiga y la luna no se apague.

En total son 20 imágenes las que forman parte de la serie, que se pueden apreciar en el libro y en la exposición que se presenta en el Centro de Arte Bernardo Quintana.

El joven pintor es egresado de la carrera de artes visuales de la UAQ, su familia es originaria de Amealco, municipio en donde Eduardo creció alimentándose de la belleza y el arte de la cultura otomí. Y desde sus primeros trabajos fue visible su interés por hablar de la cultura indígena.

“Toda mi vida tuve convivencia con las zonas indígenas y ya entrando a la universidad empecé a retratar algunos rostros indígenas y de ahí surgió esa inquietud que tenía arraigada desde mi infancia”, platicó en la primera exposición de Cosmovisión ñäñho.

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