En el segundo día de actividades del Hay Festival 2022 estuvieron presentes dos periodistas y activistas que han vivido la guerra en carne propia y  aprovecharon el escenario para enviar un mensaje por los asesinatos de periodistas en México.

La activista yemení, Tawakkol Karman,  lamentó la situación que viven no sólo los periodistas en México, sino todos los ciudadanos, quienes tienen el derecho a la libre expresión y por ello, deberían ser libres de ejercerlo.

“Ustedes periodistas no deberían aceptar ninguna violación a sus derechos, no se den por vencidos, esta es la batalla de todos alrededor del mundo […] la matanza de periodistas a nivel mundial debería ser detenida ya, aquí en México, en Arabia Saudita, en Libia, Yemen, en cualquier país latinoamericano, pues deberían ser protegidos por el Estado, pero también por los ciudadanos”, comentó la también periodista.

En un encuentro con medios de comunicación, la ganadora del premio Nobel de la Paz en 2011 hizo un llamado a no rendirse, a levantar la voz y seguir luchando por la libertad.

En su momento, Emma Graham-Harrison, quien ha estado en el ojo del huracán de los conflictos bélicos de las últimas décadas, asegura que la situación a la que hoy se enfrentan los periodistas en México es lamentable y envió un mensaje de apoyo y reconocimiento.

“Yo tengo muchísimo respeto por los periodistas de México, que es el país más peligroso para periodistas en el mundo, este año yo creo que han muerto más periodistas aquí que en Ucrania y yo, por ejemplo, si me voy a Ucrania, puedo volver a casa y descansar, pero los periodistas que están trabajando aquí, necesitan otro nivel de coraje, porque ellos nunca pueden descansar, siempre está la posibilidad de que la gente que quiere matarles y viven un peligro”, comentó.

Graham-Harrison es corresponsal senior de asuntos internacionales en los diarios británicos The Guardian y The Observer, además ha ganado múltiples galardones por su trabajo internacional y de investigación como reportera; vivió en Afganistán por cinco años, y como periodista itinerante ha cubierto conflictos que incluyen la actual guerra en Ucrania, la invasión norteamericana en Irak y los años de violencia que le siguieron, además de la guerra civil en Siria, el golpe de Estado en Zimbabue que derrocó a Robert Mugabe y la batalla olvidada por Burundi.

Llévame a casa, una historia que cobró especial relevancia durante la pandemia

Por muchos años, Juan ha logrado independizarse de casa, ha construido su vida lejos de su familia y del que alguna vez fue su hogar; sin embargo, tras el deceso de su padre, se ve obligado a regresar a su pueblo natal, donde deberá dejar todo y asumir una responsabilidad que no esperaba y con la que no está familiarizado: cuidar a su madre.

Esta es la premisa de Llévame a casa, una novela de Jesús Carrasco, escritor originario de Olivenza España, donde se retrata esa realidad que es común en muchas familias: el cuidado de los padres  llegada la vejez o la enfermedad. Se trata de  una historia que además cobró particular relevancia tras la pandemia, pues para muchos significó afrontar esa responsabilidad de un día para otro y muchos años antes de lo que se podría pensar.

En el marco de su participación en el segundo día de actividades del Hay Festival 2022, Juan Carrasco comenta que la novela se trata de un retrato, de una instantánea en las vidas de las personas que busca ser el reflejo de lo que a muchos les sucede, pues “la literatura a veces se compara como pequeño teatro, una maqueta que uno puede manipular sin mojarse, sin mancharse, sin que le duela, porque es la vida de los otros y, además, es imaginada”.

“Yo creo que, sobre todo, lo que nos ha aportado la pandemia en ese sentido es esa percepción mucho más detallada, mucho más sutil, mucho más matizada de lo que sucede dentro de una casa, que son muchas cosas y eso tiene muchísimas implicaciones, por ejemplo, una nueva mirada, desde mi punto de vista, hacia quién se hace cargo y quién se ha hecho cargo del cuidado de la casa que generalmente ha sido la mujer”, comenta el escritor.

Y es por eso que, asegura,  Llévame a casa no pretende glorificar ni vanagloriar la labor que el personaje realiza en la historia, pues, por el contrario, busca ser un reconocimiento a una labor que por muchos años ha recaído principalmente en las mujeres.

“Esa es una tendencia muy masculina, la de acaparar un reconocimiento por casi todo lo que hace, cuando ese hombre que nunca ha entrado a la cocina, se tiene que notar que ha entrado a la cocina y cuando ese hombre que no plancha nunca, plancha, se tiene que notar que ha planchado y es verdad, las mujeres lo han hecho siempre sin levantar la mano. Mi posición es de absoluto reconocimiento y en la novela el personaje en ningún momento alardea, simplemente se vuelve consciente de una realidad nueva para él, nueva para muchos hombres, pero estoy seguro de que sucederá que con el proceso de su maduración acabará en un agradecimiento y reconocimiento absoluto trabajo que han hecho en la casa”, comenta el autor de 50 años.

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