Desde Querétaro y en un sistema a distancia, DADANCE ofrece clases de danza contemporánea a jóvenes con (dis)capacidad intelectual. Originalmente se planeó DADANCE con clases presenciales, pero por la suspensión de actividades debido al Covid-19, iniciaron un laboratorio de educación a distancia, proyecto con el cual vuelve a innovar Buró Cultural.

Miguel Ángel Herrera Oceguera, director del Festival Oxímoron, Buró Cultural y talleres de fotografía desde la ceguera, explicó que a través de internet es como darán continuidad al programa de formación y acondicionamiento dancístico para que los jóvenes con (dis)capacidad intelectual tengan la oportunidad de seguir su entrenamiento o inscribirse por primera vez a una clase de danza.

“Fuimos a dar clase muestra a escuelas que atienden a jóvenes con (dis)capacidad intelectual, y quizá en algunos lugares pensaron que íbamos a poner música y bailar cumbia y se sorprendieron porque más que bailar es una clase de formación y acondicionamiento para la danza, planeada especialmente para chicos con discapacidad intelectual, y es un programa sí innovador y ahora con este desafío de hacerlo en línea, es más innovador, es más grande el reto y lo aceptamos, porque los papás de los mismos alumnos que ya han estado en otros talleres con nosotros, pidieron que continuaran las clases por internet”, detalló.

Se harán un total de ocho clases al mes: siete asincrónicas y una en vivo, aunque puede variar según el desarrollo del programa. Las cátedras serán impartidas desde Querétaro por los mismos maestros que iniciaron la clase presencial de DADANCE: Donna Martínez y Hugo Botello, dos profesionales de la danza que han colaborado con Nicole Thomson, directora Artística y Fundadora de Anjali Dance Company, organización pionera en profesionalizar en la danza a personas con Síndrome de Down.

Al correo: artesanoburocultural@gmail.com pueden solicitar detalles de las clases y el donativo que requieren. Las clases están abiertas a jóvenes de entre 18 y 35 años de edad, y uno de los requerimientos es que los estudiantes, al momento de tomar las lecciones, estén acompañados por una persona para desarrollar los ejercicios.

“Se necesita de una persona que lo acompañe, un familiar, para que en ciertos ejercicios los puedan ayudar; por ejemplo, Donna, que ella imparte más el acondicionamiento dancístico, explicará de una manera didáctica para que la persona que acompañe al chico le pueda ayudar, porque solo no va a poder hacer la clase, necesita de alguien que lo acompañe”.

En ediciones pasadas del Festival Oxímoron tuvieron la participación de jóvenes interesados en la danza, que radicaban fuera de Querétaro, y con la apertura que ofrece el internet, el curso podrá estar al alcance de personas de todo México y el extranjero.

“Sí hemos visto que hay interés, sí hay público, pero es un proyecto nuevo y hay que promocionarlo más. También nosotros tenemos que trabajar mucho, por ahora nos enfocaremos en hacer un método de formación dancística que pueda estar dividido en ciertos niveles y que ese método pueda ser realizado de manera presencial y a distancia. En el mismo trascurso del tiempo se puede ir evaluando qué se necesita, y aun cuando vuelvan las clases presenciales, nos gustaría seguir las clases a distancia y ahí tendríamos que armar un programa para que personas de habla hispana puedan tomarlo, nos gustaría que esto sirva para las personas que vivan en lugares pequeños, donde no tengan este tipo de servicios, puedan optar por las clases”.

El proyecto de danza contemporánea para personas con (dis)capacidad intelectual, también ha llamado la atención de bailarines y docentes profesionales de la danza.

“Nos han contactado maestros, bailarines profesionales que quieren capacitarse para dar clases a chicos con Síndrome de Down, ya después trabajaremos en algo pensado específicamente para los maestros”, añadió Miguel Ángel.

La contingencia sanitaria que provocó el Covid-19, ha orillado a artistas de distintas disciplinas a acercarse a la tecnología, y eso, explicó el director de Buró Cultural, ha obligado a cambiar de metodología y crear nuevos proyectos.

“Con todo esto que estamos viviendo sí creo que se abre todo un panorama para explorar el potencial de las tecnologías; en el arte y la cultura le damos mucho valor al acto presencial, al encuentro de las personas, y esto nos ha enfrentado a los conciertos en línea y a otras actividades culturales por internet, pero también esto va de la mano con el desarrollo de nuevos hábitos de consumo cultural, como consumir cultura desde el celular, y para ello también hay que pensar en nuevos proyectos”.

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