Convencido de que los virus generan transformaciones de los paradigmas sociales, Raúl Sangrador lanzó en marzo la convocatoria de “El tiempo incierto”, con invitación abierta a artistas visuales, estudiantes y profesionales, para participar con una obra producida durante el periodo de la pandemia del Covid-19. Al llamado respondieron artistas de México, España y Colombia, con 90 obras de pintura, dibujo, fotografía y video, que se podrán ver en un proyecto digital.

Desde el Centro de Estudios Pictóricos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), institución en donde Sangrador es docente e investigador, se emitió esta convocatoria, su objetivo: generar un diálogo sobre lo vivido y un archivo artístico que sirva como testimonio de lo que experimentaron los artistas en estos tiempos de pandemia.

“En los primeros días del encierro se generó un gran caos y uno trataba de guardar la calma, pero había mucha incertidumbre de lo que iba a pasar. Y la idea fue que, a partir del encierro y a manera de inteligencia colectiva, generar un diálogo, conclusiones, posibles rutas de sentido que sirvan de testimonio, que sea documento histórico que sirva de registro de lo que ocurrió en estos días, por los menos dentro del grupo de autores que decidieron subirse a este proyecto”.

El coronavirus Covid-19, como otros virus, ha transformado la dinámica social, explica el artista que ha llevado el tema del VIH a su obra.

“No puedo dejar de comparar este virus con los procesos del VIH, que le he dedicado muchos años de mi vida al estudio de su relación con las relaciones visuales, cómo han generado conclusiones, resultados, apuntalado movimiento sociales, procesos de derechos humanos, científicos. Dentro de las conclusiones que yo he visto en el VIH, los virus generan transformaciones de paradigmas sociales, generan cambios profundos dentro del contexto, sobre todo cuando las consecuencias son tan relevantes como el caso del SIDA y sobre todo como lo vemos hoy, por lo global de la pandemia, y las consecuencias en la economía mundial, el arte tendría que entrar en un momento en que habrá que repensar su manera de construirlo, difundirlo, consumirlo, ¿cómo se va a producir el arte ahora? Las maneras tradicionales no podrían desaparecer, pero estamos ante el inminente paranormal del inicio de nuevos procesos”.

Las obras tienen en común la angustia por la muerte, la alegría por la vida, pero también retoman temas de la naturaleza y del cuerpo, en medio de la pandemia.

“Hay cuestiones de la alegría por la vida, angustia por la muerte, la muerte como un ente presente, y las cuestiones de retomar la naturaleza, también predominan las perfecciones personales de sentir el encierro, la pérdida de la libertad, el libre tránsito y hacer nuestra vida en el exterior y cada quien percibió esa ansiedad de distintas maneras, algunos han creado metáforas, dentro de la cultura de masas, hacer la analogía del virus zombi, porque ahora cuando vas al supermercado parece una guerra zombi, en donde te estás cuidando que no se te acerque la gente, que no te estornude, un poco en juego, pero también en serio. Otros hicieron un retorno al cuerpo mismo, como eje de partida para la construcción de un sentido, el cuidado, belleza del cuerpo de cada autor, este aislamiento los obligó a trabajar consigo mismo, con su propia persona y eso resultó muy emocionante”.

Los curadores que participarán en la exposición son Francisco de Paula Nieto, Glendys Hernández Jorge. Y el proyecto se completará con la exposición de las obras, a través de un libro virtual y una exposición que, gracias a la tecnología, se podrá ver, en diversos espacios de Querétaro y México, y también se buscará que llegue a España.

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