“Si para los adultos es complicado entender lo que está pasando con el coronavirus y adaptarse, para los niños es aún más complejo, por eso creamos a Covi, que es un pequeño virus que no sabe qué hace aquí y también está asustado”, explica el cineasta de animación y creador de Covi, Raúl Robin Morales.
Covi es la representación del coronavirus y es tan diminuto que para verlo es necesario un microscopio imaginario y un micrófono para escuchar su voz. Su objetivo es acompañar emocionalmente a los niños en esta cuarentena. Junto a su amigo Zito, que es un simpático jabón, viven grandes aventuras como: lavarse las manos. Y para evitar el estrés, hace sus ejercicios de respiración que sirven para relajarse.
“Creé el personaje porque a eso me dedico y la intención es sumar. La serie sirve como un acompañamiento para los niños que ahora están sometidos a tanto estrés, dinámicas que no están acostumbrados; y sí es un descontrol lo que estamos viviendo y en este mar de sobreinformación y estrés, quisimos hacer un paréntesis, ojalá sea de ayuda”.
Robin Morales es el director de los cortometrajes El trompetista (2014), Amicus (2014), Las piezas del rompecabezas (2017) y El tigre sin rayas (2018), este último se realizó en Francia y ahora se encuentra en la programación de Ambulantito, del proyecto Ambulante en casa.
En cuestión de trabajo, Robin dice que no ha cambiado su dinámica, está acostumbrado a colaborar a distancia con otros creativos y así es como realizan la serie de Covi, que inició desde que arrancó la cuarentena. Cada lunes estrenan un nuevo capítulo en su canal de YouTube: Las aventuras de Covi. Y en Facebook lo encuentran como Covi virus.
Los personajes están hechos en animación 2D, los capítulos tienen una duración de tres a seis minutos y están recomendados para toda la familia, enfocados a niños de tres a seis años de edad. Por cierto, los virus no tienen edad, pero en el tiempo humano Covi cumplió siete años y Zito tiene nueve años.
En el primer capítulo descubren a Covi en la mano de una niña que está dibujando. El cuerpo de este virus está rodeado de coronitas que hacen que se adhiera a la piel de los humanos. Una y otra vez intenta despegarse, pero parece una misión imposible.
Ahí aparece Zito y le pregunta a Covi, ¿quién eres y qué haces fuera de tu mundo?
“Yo soy un virus, me perdí, y creo que el cuerpo de los humanos y el mío no se llevan nada bien, creo que se enferman por mi culpa”, explica con tristeza.
Zito intenta despegarlo de las manos de la niña, pero falta un elemento muy importante: agua. Con agua, Zito se convierte en un ser espumoso que logra liberar a Covi de cualquier superficie.
“Nos arriesgamos a hacer a Covi amigable con los niños, muy carismático, y mostrar que también está muy confundido, que ya no quiere pegarse a nadie, tiene un amigo que se llama Zito, que es un jabón. Le apostamos en darle un giro, en lugar de presentarlo como un agente extraño a nosotros y enemigo a vencer, porque en realidad está aquí y está viviendo muchas experiencias como nosotros, pero no queremos villanizarlo, aunque sabemos es un poco arriesgado, algunos padres nos han dicho que puede ser confuso para los niños, pero ahí también depende mucho del abordaje de la familia”.
En la creación de Las aventuras de Covi también participa Diana Pérez González, diseñadora gráfica y voz de la narradora en las historias del pequeño virus. Y Karen Acosta, guionista y voz de Covi.
La imagen de Covi también ilustra el Reto Viral, cápsulas de audio que se pueden escuchar desde la página del Instituto Mexicano de la Radio (IMER), ahí mismo está disponible para su descarga la historieta Los días en que todo se detuvo, en donde participó Robin Morales.
“Colaboré con el libro El día en que todo se detuvo, que salió para apoyar a los niños (...); ya se había hecho, a propósito del terremoto, una edición que se llamó El día en que todo se movió, digamos que ahora esto es la secuela, y también está disponible para su descarga, es muy didáctico y explicado de manera muy amable para los niños”.
