Por los pasillos de la Facultad de Artes caminan seis alumnas que se mimetizan con los grupos regulares de las diversas licenciaturas y especialidades. Platicando, sorprendiéndose de los colores, ruidos y la algarabía de las primeras semanas de clase, ellas forman el primer grupo transdisciplinar de personas con discapacidad intelectual que de manera regular lleva materias de las licenciaturas en arte danzario, plásticas, teatro, música.

De esta manera la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro se pone de vanguardia el temas de inclusión a través del proyecto “Contigo en la UAQ”, creando un vínculo entre Cali (Centro de Atención y Calidad de Vida, A.C.) y la facultad; en la que se integra de manera transversal a materias como dibujo, teatro, pintura, canto, música, ballet, danza y yoga.

De acuerdo con Imelda Castillo, quien labora como facilitadora en el programa, describe que la asociación trabaja con personas adolescentes y adultos con discapacidad intelectual, brindándoles acompañamiento, en varios procesos como su vida independiente, donde “aprenden cosas de la vida diaria como cocinarse, vestirse correctamente, limpieza, cómo tomar un autobús”.

La asociación desarrolló el Programa INEA, en el que acompaña a los alumnos para presentar sus exámenes de primaria y secundaria además de brindarles las herramientas para el contacto con la comunidad.

“El Programa Inclusión laboral demanda que los alumnos tengan empleos dignos, remunerados y que no sean caritativos, rompiendo con la visión de ayuda a personas con discapacidades. Por el contrario, reclama que sean empleados eficientes que produzcan a la empresas y adquieran todas las prestaciones y sueldos de ley”, mencionó Castillo.

Un grupo transdisciplinario.

Cristina Medellín, cordinadora de la Licenciatura en Arte Danzario describe que este es el primer grupo transdisciplinario en las que las alumnas llevan materias de las diversas licenciaturas de la Facultad de Artes. Relata que tuvo “la oportunidad de colaborar con ellos en unas clases de expresión corporal. Debido que ahí están tratando con personas que tienen discapacidad intelectual entre la adolescencia y la adultez. Lo que se pretende es que se puedan insertar en trabajos dignos, bien pagados, que les permitan cierta independencia. Estando ahí, me surgió la inquietud de que vinieran a la Facultad de Artes, debido a que es un área que se presta para que te puedas desempeñar desde tus sentidos como perceptivos, emocionales, y no como la demostración de tu capacidad intelectual. De manera tal que hay chicas que cantan muy bien y no necesitan comprender el algebra, simplemente cantan. Hay otra alumna que es muy hábil para la pintura que ha llegado a hacer exposiciones en cosas importantes, sobre todo en temas de asociaciones derivadas del Síndrome de Down, y lo que ví en sus cuadros es que trata de hacer mucha figuración, lo cual le complica. La idea es que aprenda herramientas que le permitan el expresionismo y que sus cuadros no tengan que estar en el marco de lo reconocible, del status quo y lo permitido de la figuración, sino que pueda explayarse en cómo se siente, y eso genere cuadros que sean más vendibles y pueda generarse un recurso”.

Las alumnas.

La coordinadora comparte que las alumnas Sofía y Carla “son dos chicas que bailan muy bien. Que ya son integrantes de “Grosso Modo” (compañía de danza contemporánea representativa de la UAQ). Ya dieron su primera función en un contrato que tuvimos para la Secretaría de Cultura. Cuando se presentaron en el escenario en ningún momento las presentamos como personas con capacidades diferentes, simplemente son Carla y Sofía interpretando el venado y la serpiente. Lo hicieron de una manera increíble, nadie notó que hubiera alguna discrepancia entre un bailarín y el otro. Nos van a pagar pronto ese dinero y les voy a pagar su primer salario como bailarines” apuntó.

María tiene mucho gusto por la actuación y Medellín le augura un buen desarrollo de sus capacidades escénicas. En este semestre ya está incluida en los montajes de la carrera de actuación.

La recepción de la comunidad.

Cuando habla sobre la recepción de la comunidad, a Cristina Medellín, se le abren los ojos e indica que “nos han recibido mejor de lo que esperaba. Siento que la Facultad de Artes es una facultad que tiene muchos años ejercitando la inclusión. Si no una inclusión en cuanto a la discapacidad intelectual, sí en otras. En el área de música hemos tenido alumnos con debilidad visual o completamente ciegos. En este momento, la gente de música está completamente habituada a que un ciego puede ser músico y nadie se lo cuestiona”.

También hay mucha diversidad en cuanto a preferencia sexuales. En realidad, las personas en esta facultad han sido sólo personas. Describe que “no he querido llamarle el ‘Grupo Cali o de discapacidad intelectual’, cuando toman clases, hablo del grupo transdisciplinario porque es la primera vez que tenemos a personas tomando clases en todas las áreas generando una transdiciplinariedad que además ayuda a que los alumnos de licenciatura hagan ejercicios cotidianos de inclusión” concluyó.

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