Con un mural abierto a la participación de la comunidad, el grupo terapéutico de hombres del centro cultural y comunitario La Otra Bandita celebra seis años de transformar vidas.

Y al mismo tiempo, con este esfuerzo colectivo, celebra la recuperación de un espacio que durante mucho tiempo ha sido usado para quemar y tirar basura.

El mural nace por una mezcla de varias cuestiones, explican Israel Nieves Romero y Daniel Montes Pimentel, fundadores de La Otra Bandita.

La primera fue recuperar un pasillo, donde convergen varios temas que generan fricción para los vecinos de la zona.

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Es un espacio que, por años, ha enfrentado situaciones de inseguridad, presencia de personas en situación de calle, incidentes por la movilidad de personas y transporte, además de acumulación de basura.

Está ubicado en la esquina de la calle de Invierno y las vías del tren, casi frente a las instalaciones de La Otra Bandita, en el barrio del Tepetate.

“Fue pensar qué nos puede juntar para lograr una participación ciudadana y hacerlo en conjunto. Es pensar algo pasa aquí, y qué podemos hacer para lograr una cuestión de apropiamiento”, explica Israel.

FOTO. FERNANDO CAMACHO
FOTO. FERNANDO CAMACHO

Esta obra colectiva se suma a otros murales que hoy en día dan color a la zona y la vida de las personas con historias, mensajes, expresiones, sueños y denuncias.

Además del mural, el centro cultural desarrolla otras actividades, como obras de teatro, presentaciones de libros y conciertos, que derivan de los talleres que ofrece.

Estas actividades también sirven de preámbulo para celebrar que La Otra Bandita cumplirá siete años como grupo independiente que trabaja por la salud mental y para erradicar la violencia de género, a través del arte.

Crecer y sanar desde otra perspectiva

El grupo terapéutico de hombres nació por iniciativa de los fundadores de La Otra Bandita, como complemento al grupo terapéutico de mujeres que ya existía.

“Este año se cumplen seis años del grupo de hombres, donde todos los miércoles de 7 a 9 de la noche tenemos sesión, cualquier varón que necesite puede venir”, explica Daniel.

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Es un espacio diferente, donde los participantes no sólo hablan de lo que les duele, también juegan, ríen y aprenden a crecer y a sanar desde otra perspectiva.

“Los acompañamos en su dolor, en su tristeza, en su alegría, en su preocupación, o en las situaciones de denuncia que puedan tener”, agrega.

El efecto del grupo terapéutico de hombres es tal que incluso, en este proceso de cambio, los participantes se han involucrado en las actividades de La Otra Bandita.

En una de estas sesiones, donde nació la idea de fotografiar los pies de los participantes, también surgió el plan de crear un mural que plasmara el trabajo que se desarrolla en el grupo.

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Los pies plasmados en el mural representan la diversidad de varones, de historia y contextos.

“Tiene la idea de los pies porque eso es lo más icónico de nuestro grupo, los pies, porque cada quien trae sus zapatos, tiene su propia historia y desde ahí construimos la colectividad”, señala Daniel.

Asisten entre 15 y 25 varones a las sesiones del grupo, todos los miércoles de 7 a 9 de la noche. Para quienes deseen asistir, hay una cooperación de 70 pesos, pero si no tienen esa posibilidad, son bienvenidos.

El artista plástico Hiram García Nevares, integrante del grupo terapéutico de hombres, fue el encargado de coordinar los trabajos del mural.

FOTO. FERNANDO CAMACHO
FOTO. FERNANDO CAMACHO

El mural, que mide 25 metros de largo por 3.40 metros de alto, se plasmaron los pies de los que asisten al círculo de hombres, los rostros de los dos terapeutas —que son Israel Nieves y Daniel Montes— y el logo de La Otra Bandita.

Participaron personas que asisten a los grupos terapéuticos de hombres y de mujeres, además de beneficiarios de los talleres que ofrece La Otra Bandita, y habitantes del barrio del Tepetate y sus alrededores.

“Yo soy fan de Van Gogh, y una de sus pinturas favoritas y mía, se llama las botas de Van Gogh y él decía que se puede conocer mucho a una persona a través de sus zapatos”, señala.

Nace La Otra Bandita

La Otra Bandita es una asociación civil comprometida con el bienestar y la transformación social de la comunidad del barrio del Tepetate y zonas aledañas.

Nació hace 18 años como Instituto de Experimentación y Formación Artística, en un proyecto meramente cultural, pero en su trayecto se replanteó su forma de trabajo.

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Al darnos cuenta que no estaba cumpliendo con su objetivo, que era impactar en la comunidad de la zona, se planteó una nueva propuesta, señala Israel Nieves.

Fue entonces que surgió La Otra Bandita, con la visión de atender la salud mental de la población conjuntando el arte; y bajo este nuevo concepto, el próximo 21 de octubre cumplirá siete años de trabajo

“La Otra Bandita es un centro cultural y comunitario que hoy trabaja por el bienestar humano y en pro de los barrios, específicamente los barrios de la otra banda”, explica Israel.

Cuenta con programas como la escuelita móvil, grupo terapéutico de mujeres, atención psicológica, estimulación temprana, además de actividades artísticas y culturales.

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