Entre 2022 y 2025, León Pablo Bárcenas ha realizado cuatro proyectos de Arte Correo en formato postal, con los temas: agua, imitación, afectos y homenaje. El proyecto consiste en enviar una postal a amigos o artistas, y la última pieza de cada serie se la envía él mismo, aunque confiesa “ninguna de las cuatro me ha llegado”.
Para sus cuatro proyectos, León Pablo envío por correo tradicional postales hechas con la técnica del collage, además de un trabajo con fotocopia y plantilla de cartoncillo, y otra serie en fotografía digital.
El 50 y 60% de los destinatarios sí recibieron la pieza que envió. “Realicé el envío de entre 100 y 150 piezas de cada proyecto, firmadas y numeradas, y alrededor del 50 y 60% de los destinatarios sí recibieron las postales, el resto pertenece al azar y a la deriva. Por ejemplo, una postal enviada en la ciudad de Querétaro tardó un año en recorrer unas cuantas cuadras del Centro Histórico”, explica.
El proyecto se ha realizado con recursos propios. Cuenta con una bitácora e imágenes de los envíos y recepciones.
“La postal número 1 siempre la he enviado a Palacio Nacional, la número 2 va al Palacio de la Corregidora y el resto va a amigos, conocidos, artistas, fotógrafos e instituciones de México, principalmente, y de cinco países más. La última postal de cada serie me la envío a mí mismo, desde el centro de Querétaro, y debo decir que ninguna de las cuatro me ha llegado”.
Sobre estos proyectos, León Pablo tuvo la oportunidad de hablar en la Tercera Edición de la Cátedra Germán Patiño, convocada por el Centro Queretano de la Imagen, que se realizó del 19 al 22 de noviembre pasado.
Enviar por correo piezas hechas por artistas a otros artistas “fue el comienzo de una corriente a principios del siglo XX que tomaría mayor fuerza e importancia 60 años más tarde, entre 1960 y finales de los 70, con el movimiento artístico Fluxus, y que adquirió un nombre propio y características singulares: el Arte Correo”, detalla.
El inicio del Arte Correo data de 1916, cuando “Marcel Duchamp pegó con cinta cuatro postales escritas en desorden y las envió por correo; más tarde, en 1955 en Estados Unidos, Ray Johnson envió 200 postales a sus amigos”.