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Así es el Charape, bebida ancestral del semidesierto queretano

Bebida prehispánica con toque especiado que mezcla piloncillo, canela y tradición

Conoce el charape, bebida tradicional de Querétaro fermentada con piloncillo y especias. Patrimonio cultural que se bebe con respeto y se prepara con orgullo. Foto: Pinshi Millennial.
05/08/2025 |14:07
Fabiola Hidalgo
Redactora en los sitios regionales de EL UNIVERSALVer perfil

En el corazón del semidesierto queretano, entre magueyes y tradiciones centenarias, sobrevive una bebida cuya historia fermenta con paciencia: el charape.

Se trata de una preparación tradicional, muy ligada a las festividades y la identidad comunitaria de pueblos como , en el municipio de .

Aunque poco conocida fuera de esta región, el charape es parte de un linaje de bebidas fermentadas que surgieron en la y que sobrevivieron a la Colonia gracias a su profundo arraigo cultural.

Pulque en Querétaro. Foto: cadereytamagico.com

¿Qué es el charape?

Lejos de ser una simple variante del , el charape es una bebida fermentada que toma al pulque como base, pero lo transforma con ingredientes como piloncillo, canela, clavo, anís y cáscara de naranja seca.

Su sabor dulce, cálido y especiado lo distingue por completo, convirtiéndolo en una experiencia sensorial única que combina el carácter del maguey con las notas dulces y aromáticas de las especias.

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¿Cómo se prepara el charape?

La elaboración del charape no es improvisada. Se trata de un proceso lento, casi ritual, que puede extenderse hasta un mes dependiendo de la comunidad y el gusto de quien lo produce.

La preparación parte del pulque natural, al que se le agrega agua, trozos de piloncillo y una mezcla de anís, canela, clavo y cáscara de naranja seca, todo previamente molido. Esta mezcla se deja fermentar en grandes tambos, donde debe moverse cada tercer día para asegurar que el piloncillo se disuelva completamente y los sabores se integren.

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Este proceso de fermentación no sólo desarrolla el sabor, sino también el carácter ligeramente alcohólico del charape. En palabras de los productores locales, es una bebida que se debe tomar con respeto: “un paso a la vez, para no perder la cabeza”.

Foto: Facebook Pulque Ancestral.

¿Cuáles son sus orígenes y cómo se ha mantenido la tradición?

La historia del charape es difícil de identificar con precisión, pero forma parte del extenso repertorio de que los pueblos originarios ya conocían antes de la llegada de los españoles. Durante la Colonia, el consumo de alcohol fue regulado y en muchos casos prohibido, salvo por el pulque blanco, que permaneció legal debido a su importancia económica y social en el Altiplano.

En ese contexto, surgieron decenas de bebidas artesanales derivadas del pulque o del aguamiel, muchas de ellas adaptadas con ingredientes locales. El charape es una de estas herencias. Aunque se le ha comparado con el , no debe confundirse con el popular fermento de piña; en este caso, el pulque y el piloncillo son los protagonistas.

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La receta, como muchas tradiciones orales, ha pasado de generación en generación. En Villa Guerrero, por ejemplo, la preparación del charape se aprende en casa, como un legado familiar que se preserva con orgullo. Algunas familias lo elaboran desde hace décadas y aunque cada quien tiene su toque particular, todos coinciden en su importancia como parte de las festividades patronales, especialmente en la fiesta de San José, entre marzo y abril.

Foto: Especial.

¿Por qué el charape es considerado una bebida “caliente”?

Una característica que distingue al charape es que, pese a servirse a temperatura ambiente, se percibe como una bebida “caliente”. Esto se debe a la combinación de especias —principalmente el anís, el clavo y la canela—, ingredientes considerados “calientes” en la medicina tradicional mexicana. Estos aportan una sensación de calidez corporal que contrasta con el frescor natural del pulque.

Este rasgo sensorial ha hecho que se consuma especialmente en fiestas comunitarias, donde se busca celebrar pero también reconfortar. Su sabor dulce y especiado lo hace engañoso: se bebe fácil, casi como un jarabe, pero su efecto llega después. Como dicen en la región, “al principio parece suave, pero al rato se sube”.

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Cadereyta, el Pueblo Mágico de Querétaro con historia, naturaleza y sabor. Foto: Querétaro Travel.

¿Dónde se consume y qué papel juega en la vida comunitaria?

Aunque no es una bebida de consumo masivo, el charape tiene un papel esencial en algunas comunidades del semidesierto queretano, especialmente durante fiestas religiosas y carnavales. En pueblos como Mintegé o Pathé se elabora en distintas épocas del año y cada localidad le imprime su propia versión, variando ingredientes y tiempos de fermentación.

Más allá de su sabor, el charape representa un esfuerzo comunitario: los ingredientes se preparan con antelación, se comparten herramientas, se colabora en el proceso de fermentación y colado, y finalmente, se reparte entre quienes participan en la fiesta. No es una bebida para la venta, sino para el convivio.

Foto: Pinshi Millennial.

¿Qué lo hace especial dentro del panorama gastronómico mexicano?

En un país con una rica tradición de bebidas fermentadas —desde el tepache hasta el tascalate—, el charape destaca por su singularidad y la profundidad de su sabor. No se encuentra en tiendas ni restaurantes; su consumo está vinculado a momentos específicos y a comunidades que aún lo mantienen vivo.

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Además, es un ejemplo claro de la como forma de resistencia cultural. Mientras otras tradiciones se pierden con el tiempo, el charape sigue burbujeando en los tambos de quienes han decidido conservar esta herencia. Su preparación, su sabor y su historia lo convierten en una joya de la , una de esas que se descubren viajando a pie por las comunidades y no en los escaparates de moda.

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