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POR: ESMERALDA NERESIS
Alejandro Marcovich, exguitarrista de Caifanes, se presentó en Mezcalito Bar al lado del grupo Omnia, que ya tiene algunos años haciendo tributo a la banda Caifanes, de una forma excelsa, con mucha energía en el set de canciones por parte de Gabo, el vocalista, Samir en la guitarra y la agrupación en general. La participación de Marcovich convirtió la velada en un esperado concierto.
Omnia se lució por cerca de dos horas interpretando los temas más relevantes de Caifanes, preparando al público para recibir al gran Marcovich.
Al margen de la magistral interpretación del exCaifán, quisiera resaltar que Alejandro parecía en un punto del concierto disgustado ante la falta de interés y respeto al tratar de compartir con el público el proceso creativo del tema “El viaje” —de su disco Alebriije—, el cual prepararon con antelación para presentarlo esa noche.
Varios asistentes le gritaban eufóricas peticiones de canciones, halagos y demás sin dejarlo hablar; el intérprete, productor y músico prefirió callar y limitarse a tocar, visiblemente disgustado.
Muchos estábamos emocionados grabando y tomando videos cuando nuevamente hizo una pausa para pedir respetuosamente que dejáramos de hacerlo, invitándonos a disfrutar el concierto como lo hacíamos antes y sentir la música.
El ambiente se volvió tenso porque era evidente que el músico se sentía incómodo con el público, que a veces parecía irrespetuoso e inconforme por no poder hacer uso de sus celulares para grabar el evento.
Lo anterior no es algo anormal, varios artistas en pleno concierto piden a los asistentes que bajen los celulares y disfruten de la música, como Chris Martin, vocalista de la icónica banda Coldplay.
A esto se suman algunas fallas en la organización para el ingreso al recinto y venta del boletaje en la entrada.
A casi el final del concierto, un Marcovich profesional que se veía harto y molestoconcluyó con su presentación negando la canción de cortesía.
Después de eso comencé a reflexionar sobre lo que había presenciado y expongo varios puntos a destacar.
No es algo que se ignore que Alejandro Marcovich ante la prensa puede ser difícil, porque algunos medios amarillistas invaden su privacidad con un acoso constante e impertinente, pero en esta presentación lo noté molesto con un público que de verdad no se merecía la calidad de concierto que se nos presentaba.
El lugar era pequeño, con no más de 100 personas, y lo que pudo haber sido una especie de unplugged privado, con la opción de convivir más con el artista, no fue posible porque el público excitado no permitió esto.
La parte de la organización en el lugar también se quedó corta, hubo un disgusto evidente por algunas situaciones que se presentaron entre la banda. Aunque la atención de todo el personal hacia el público estuvo excelente.
Simplemente, creo que nos quedó muy grande en esta ocasión la presencia de este magnífico artista que, a pesar de su edad, lució regio, con ese aire misterioso, dueño de su talento para poder improvisar y darle otro sentido a la música.
Espero con mucho gusto verlo en espacios más grandes, con una mejor organización, con un público que pueda tener un control de las grabaciones o llegar a un punto medio entre el disfrutar y que sepa interactuar con un artista que, como Marcovich, está dispuesto a darlo todo en el escenario.
Por lo pronto, tanto Omnia como Alejandro Marcovich estarán dando una entrevista en mi canal para el programa Tiempos de entrevistas.
