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Desde la entrada de la Cantina de Don Amado podrás darte cuenta que es un establecimiento que cuenta una larga historia, las persianas y la barra de más de 60 años te remontan a una cantina original y fuera de lo convencional.
En una ciudad llena de bares y antros modernos con conceptos extranjeros, muchos jóvenes queretanos han preferido adoptar este lugar como centro de reunión para platicar e incluso realizar grupos de poesía.
Juan Uribe, actual dueño de Don Amado, nos cuenta que desde hace unos 75 años atrás comienza la historia del lugar, su padre Amado Uribe fundó a sus cortos 19 años en 1941 una cervecería con el nombre de La abejita, ubicada en la zona de tolerancia de la ciudad.
Cabarets, centros nocturnos, bares y cantinas formaban la famosa zona roja abarcada desde La Merced hasta Zaragoza, en donde comúnmente los hombres acudían a beber mientras que las mujeres únicamente podían trabajar en los locales atendiendo.
Años después, en 1967, debido a la cercanía de esta zona con escuelas, casas e iglesias se les permitió a los concesionarios moverse a diferentes puntos de Querétaro. Por lo que don Amado Uribe decidió ubicarse en la calle de Felipe Luna cambiando concepto a cantina y ahora con el nombre de La vida es así.
Prácticamente el negocio duró 18 años en esa dirección hasta que en 2008, por situaciones ajenas, se mudan a 5 de mayo casi esquina con Gutiérrez Nájera; es ahí en donde Juan Uribe, el cuarto hijo, ingresa al mundo de la cantina.
“Entré a apoyar a mi padre y hermanos una semana, pero creo que sin querer se convirtieron en 10 años”, expresó Juan Uribe.
Lamentablemente, Amado Uribe falleció y al no dejar todos los papeles en regla, sus hijos enfrentaron problemas con la finca, por lo que el negocio estuvo a punto de cerrar; los hijos de Juan lo impulsaron a salvar el negocio proponiéndole abrir las puertas en 5 de mayo número 31 con el nombre de Don Amado, en honor a su abuelo.
Actualmente, el negocio familiar es atendido por Juan, sus dos hijos Patricio y Juan Antonio, además de dos de sus hermanos Fidel y Raúl Uribe, quienes han mantenido el tema original de cantina desde la decoración con cuadros realizados y donados por los mismos clientes hasta las tradicionales bebidas como mezcal, sangría, cerveza o micheladas.
Como recomendación, no puedes salir de Don Amado sin antes probar una bebida tradicional de una cantina queretana que pocos establecimientos lo venden; hablamos de “La prodigiosa”, un licor de hierbas y raíces acompañado con anís.
Al principio sentirás un sabor amargo, por ello se acompaña con un vaso de agua mineral para relajar la garganta; este es un trago que debe ser tratado con respeto e irse ingiriendo poco a poco de preferencia como digestivo.