Arte, ciencia y tecnología se conjugan para revivir la fantástica historia de "El Principito", un clásico del escritor francés Antoine Marie de Saint-Exupéry -a quien se recuerda mañana en el marco de su natalicio-, a través de una puesta en escena que se presenta sábados y domingos en el Planetario de Buenos Aires, Argentina.

En el montaje, que conmemora el 70 aniversario de la publicación, el Principito es protagonizado por Nacho Medina y el aviador está a cargo de Ricardo Bangueses, mientras que la serpiente y el zorro son representados por títeres y muñecos encarnados por Gabriela Bevacqua y Marcelo Rosa.

De acuerdo con información difundida por diversos medios argentinos, el montaje se presenta sobre un escenario de 360 grados y la flamante tecnología del Planetario, lo que permite que el espectador se sienta "inmerso" en el universo.

Originario de Lyon, Francia, el escritor francés Antoine Marie de Saint-Exupéry nació el 29 de junio de 1900. Su interés por la literatura fue provocado por su madre Marie De Fronscolombe, mujer de gran sensibilidad artística, quien se hizo cargo de él y de cuatro hermanos más al morir su padre.

Sus primeros estudios los realizó en Villefranche, con los jesuitas, y en Suiza, en un colegio marianista de Friburgo, reseñan sus biógrafos.

Ya con la suficiente edad para ingresar a la universidad, decidió realizar el examen de admisión, pero fracasó. No obstante, nunca cesó su intención de seguir el camino escolar e ingresó en la Escuela de Bellas Artes para matricularse en la carrera de Arquitectura.

En 1921 su vida dio un giro cuando cumplió el servicio militar, lo que en él despertó la pasión por ser piloto. Así que decidió dedicarse a la aviación en la ciudad de Estrasburgo.

No pudo ejercer su profesión, aunque ya había obtenido el título de piloto, debido a que inició una relación amorosa con Louise de Vilmorin, quien se negó rotundamente a que se dedicara a la aviación, lo que originó que el escritor tuviera diversos oficios.

Fue hasta que terminó su relación con Louise, en 1926, que comenzó a ejercer la aviación comercial para Aeropostale. Tras viajar por Toulouse, Rabat, Dakar y Casablanca, logró publicar su primera obra "El aviador" (1926).

La influencia que la aviación comercial en el ámbito postal se ve reflejada en su novela "Correo del sur" (1929), con la que dejaba en claro el compañerismo que se originaba entre los pilotos de línea postal.

Y es que el 20 de junio de 1928 en Marruecos, los pilotos Reine y Serre cayeron en manos de las kabilas disidentes moras, por lo que Saint-Exupéry intentó rescatarlos con su avión, pero no lo consiguió y quedaron cautivos 117 días.

Asimismo, el 19 de octubre, un avión español cayó en el territorio de los disidentes, debido a una avería, y de nueva cuenta el joven piloto salió en su búsqueda, regresando con el teniente y su intérprete, cita el portal argentino de Internet "fabiancasas.com.ar".

En 1931 contrajo matrimonio con Consuelo Carrillo, escritora y artista salvadoreña, y en ese mismo año publicó la novela "Vuelo nocturno", con la que fue laureado con el Premio Fémina y alcanzó gran éxito comercial y crítico.

Otra de sus exitosas publicaciones es "Tierra de hombres" (1939), con la que fue galardonado con el Gran Premio de la Academia Francesa y el National Book Award de Estados Unidos.

Dicha obra la escribió mientras se recuperaba de un accidente aéreo que lo dejó en cama por largo tiempo. Aunque el creador había quedado incapacitado para pilotear, logró formar parte activa del Ejército francés en la lucha contra los nazis.

Como parte de esta actividad, viajó a América para pedir ayuda contra la invasión de las fuerzas de Adolfo Hitler (1889-1945), lo que exaltó su espíritu literario y lo llevó a escribir "Piloto de guerra" (1942) y "Carta a un rehén" (1943).

En 1943 escribió su obra más conocida, "El principito", en la que refleja su visión del género humano y su filosofía de vida. Esta obra fue ilustrada por él mismo.

Antoine de Saint-Exupéry falleció el 31 de julio de 1944, cuando el avión que volaba por la costa mediterránea de su país cayó; se cree que el avión fue derribado por la fuerza aérea alemana.

En abril de 2005, restos de la aeronave fueron encontrados frente a las costas de Marsella, más de 60 años después de su desaparición.

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