¿Deportar o no deportar a Justin Bieber? Este es el dilema que se plantean quienes consideran que la ley no es igual para todos los inmigrantes en Estados Unidos cuando se trata de un infractor que no es ciudadano y que, a pesar de ello, recibe un tratamiento distinto ante la justicia por su color de piel, su fama o sus riquezas.

Tras la detención y posterior liberación del cantante de origen canadiense, quien fue sorprendido mientras jugaba a las carreras bajo la influencia del alcohol en el estado de Florida, un grupo de detractores del artista han emprendido una campaña desde la página de We The People (Nosotros, el pueblo), para exigir su extrañamiento de Estados Unidos.

El cantante “no sólo es una amenaza para la seguridad de nuestro pueblo, sino que también es una mala influencia para nuestros jóvenes. Nosotros, el pueblo, queremos que Justin Bieber salga de nuestra sociedad”, dice la carta que ha conseguido acumular más de 40 mil firmas.

El contenido de una carta que resuma una animadversión gratuita hacia el cantante y su “abominable” música, dificilmente podría calificarse de imparcial y objetiva. Con todo y ello, se ha encaramado en el muro de peticiones virtual que la Casa Blanca ha establecido con ánimos de escuchar los reclamos de sus ciudadanos.

Para que una carta sea atendida por la administración Obama, necesita de un mínimo de 100 mil firmas reunidas.

San Valentín en la corte

Bieber tiene una cita especial para el Día de San Valentín con un juez del sur de Florida que le presentará formalmente cargos por conducir en estado de ebriedad, resistirse a su arresto y tener una licencia expirada.

Un juez del condado de Miami-Dade fijó el martes la fecha para la acusación formal de Bieber, de 19 años, el próximo 14 de febrero.

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