Morelia.— Amat Escalante, ganador en Cannes, le dijo que no debía quitar las escenas de violencia y Alejandro González Iñárritu, triunfador en el Oscar, le dijo que tuviera cuidado por tratarse de una película de acción.

Y Jonás Cuarón les hizo caso para la producción de Desierto, su nueva película, en donde un estadounidense (Jeffrey Dean Morgan) caza a un grupo de migrantes (encabezado por Gael García Bernal) en una zona inhóspita.

Al joven realizador, hijo del director Alfonso Cuarón (Niños del hombre y Gravedad), le interesaba hacer una historia de acción, sin caer en lo político, pero con mensaje, como ocurría en el cine setentero con producciones como Reto a muerte, de Steven Spielberg, en 1971.

“En un momento de la edición, llegué a probar cortando las escenas donde les daban balazos, para que la gente se imaginara, pero Amat (Los bastardos y Heli) me dijo que si lo cortaba, se notaba que era truco.

“La temática es cruel y para mí, si vas a hacer violencia con voz en off, no es tan padre, así que era importante ver esa violencia a la cara”, recordó.

“Básicamente el punto que me dijo Alejandro es tuviera cuidado de poner todo en un solo lugar geográfico y de acción”.

Los riesgos en el desierto. “¡Todo el tiempo!”, bromea Jonás Cuarón cuando se le pregunta si se arrepentía de haber tomado la decisión de filmar su película, en el desierto.

“Estábamos a dos horas de la ciudad, sin celular, con víboras de cascabel cerca, todo esto lo hizo un rodaje muy difícil, aunque lo sufrieron Gael (García Bernal) y Jeffrey (Dean Morgan, Watchmen) y todos los actores que brincaban en piedras, haciendo sus propios stunt, íbamos con todo”, señala.

La cadena exhibidora Cinépolis tomó la película con su brazo de distribución y desea exhibirla en cines nacionales durante el primer trimestre de 2016, aunque dependerá de la fecha que en Estados Unidos asignen.

“Cuando escribí el guión hace seis años era un tema relevante, ahora sigue igual, es un tema universal y que puede pasar en cualquier lado; este año ha habido muchas deportaciones y bien pudo pasar entre Guatemala y México”.

El género lo retomó del cine de los setenta, de filmes como Reto a muerte, de Steven Spielberg (1971).

“En donde no me interesaba dar un mensaje en la película como tal, sino que se entendiera de esa manera”, externa Jonás.

Desierto, recuerda Jonás, fue escrita antes que Gravedad —con la que ganaron siete premios Oscar—. Cuando le enseñó el guión a su papá, Alfonso Cuarón, le encantó y pusieron manos a la obra a algo similar, que finalmente dio grandes frutos.

Orgulloso y sin planes para dirigir. Tras ganar el Oscar como Mejor Director, Alfonso Cuarón dijo que nada tiene en mente para volver tras la cámara, pero no precisamente por la falta de historias.

“La verdad no sé (cuándo regresará) ¡soy muy flojo!”, exclamó a su paso por la alfombra roja de Desierto, dirigida por su hijo Jonás, y que se estrenó la noche del domingo en el Festival Internacional de Cine de Morelia.

El cineasta añadió que la estatuilla no le genera ningún peso.

“Son de esas cosas como cuando te ponen la estrellita en la frente en la primaria, no la cargas todo el tiempo, ya que le dio gusto a tu mamá, te olvidas de ello”, expone.

Desierto, cinta que produjo junto con su hermano Carlos Cuarón (Rudo y cursi) fue presentada en el Festival de Toronto, certamen donde obtuvo un premio. “Es un alivio, de ese ya no me tengo que preocupar”, bromeó.

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