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“El Maletilla”: ¡el pequeño más grande del toreo!

Cristóbal Arenas es una de las promesas del mundo taurino en nuestro país

su corta edad, “El Maletilla” ha llamado la atención de importantes toreros como Julián López “El Juli”. (FOTOS: GONZALO IBAÑEZ. EL UNIVERSAL)
27/05/2017 |03:12
Redacción Querétaro
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Con tan solo 10 años de edad Cristóbal Arenas, mejor conocido como “El Maletilla”, ha logrado sorprender y conquistar a los aficionados de la Fiesta Brava.

El pequeño torero inició a los siete años probando suerte en el ruedo y sin descuidar sus estudios, ni dejar a un lado la inocencia de un niño, ha sorprendido a grandes toreros por su entrega, estilo y dedicación, por lo que ya es considerado como una promesa del toreo, no sólo en México, sino en otras partes del mundo en donde la tauromaquia es una tradición.

Con sorprendente seguridad y carisma, el torero hidalguense ofreció una entrevista a EL UNIVERSAL Querétaro, en la que comparte sus emociones, sueños e ilusiones en esta que ya es ahora su profesión y estilo de vida, en la que asegura, llegará a ser mejor el número uno, por lo que está dispuesto a esforzarse y dar todo.

En días pasados “El Maletilla” se llevó los aplausos de los queretanos en el “Cortijo Pepe Torres”, donde su elegancia y entrega brillaron, a tal grado de que el pequeño aseguró volverá, pero vestido de luces.

¿Cómo nació tu gusto por los toros?

—Fue de afición, cuando era más chiquito mis papás me llevaban a las corridas y me llamaba mucho la atención lo que hacían los toreros. Sólo pensaba en conocer un poquito de ese mundo y ser parte de él.

¿Tus papás te han apoyado durante estos tres años para realizar tu sueño?

—Sí, ellos han sido mi mayor apoyo y motivación para estar aquí, sin ellos simplemente nunca lo hubiera hecho y es algo que siempre les voy a agradecer.

¿Qué significado tiene para ti la tauromaquia?

—El toreo me llama y me llena, sé que es una profesión dura y llena de sacrificios, pero también sé que te da muchas satisfacciones y te ayuda a cumplir todo lo que te propones.

¿Cuál es tu más grande sueño?

—Quiero llegar a ser mejor que el número uno y para ello, me estoy esforzando y preparando hasta alcanzar las metas que me he trazado.

¿Qué torero ha sido tu inspiración para estar aquí?

—Sin duda, el maestro Julián López “El Juli”, admiro su grandeza y dedicación, así que espero algún día ser como él.

¿Qué sientes al pararte en el ruedo, siendo tan pequeño no te da temor?

—Es increíble, siempre me ha gustado que cuando las cosas se dan bien; el cariño y el reconocimiento del público es lo que más satisfacción da a uno como torero, así que el miedo queda a un lado.

¿Cómo te has preparado para eso?

—Actualmente estoy en la escuela taurina “Jorge Gutiérrez” en Pachuca Hidalgo, donde mi maestro, el matador Luis Gallardo ha sido pieza clave para llegar a donde estoy. En 2016 estuve en la Escuela de Tauromaquia de Arganda del Rey “Fundación El Juli” y en diciembre de 2015 en Madrid, tuve la oportunidad de ir dos lapsos de un mes y estuve feliz por el trato que me dieron.

Siendo “El Juli” tu mayor inspiración, ¿cómo fue para ti que él mismo te llevara a España a su escuela?

—Es lo más grandioso que me ha pasado, el maestro don Julián me vio torear en Aguascalientes en un festival en el que triunfé al cortar orejas y rabo, y ahí me dio la oportunidad de becarme en su escuela, que es de las más importantes del mundo taurino.

Respecto al colegio, ¿no la has descuidado por los toros?

—No, la verdad cuido muchos mis estudios, voy de 7 a 2 de la tarde. Además, mis papás no me dejan torear si no tengo buenas calificaciones.

¿Qué tan pesado es el entrenamiento?

—Mucho, pero muy satisfactorio, voy a la escuela en las mañanas y de martes a viernes entreno por las tardes de 5 a 8 de la noche y de ahí a descansar para otro día.

¿Por qué elegiste el nombre de “El Maletilla”?

—Eso surgió porque cuando entré a la escuela taurina llegué vestido como un maletilla, que eran los toreros de antes, que usaban una camisa blanca, un pantalón de mezclilla, su boina y su paliacate. Además, porque ellos eran conocidos como los toreros soñadores y me considero así, soñador con una meta muy grande.

¿Tienes actividades distintas al toreo?

—Me gustan mucho los videojuegos y me encanta jugar futbol, pero sin duda, mi pasión son los toros.

¿Y cómo te ha recibido la afición queretana?

—Para mí es un gusto poder estar en Querétaro, es una afición muy bonita que espero convencer con mi toreo y que todo se dé bien. Estar aquí me recuerda que debo dar todo para un día regresar vestido de luces.

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