Nidos, de Margara Garza, y Memoria y horizonte, de Jordi Boldó, son dos exposiciones de pintura recientemente inauguradas en el Museo Regional de Querétaro, en donde permanecerán hasta finales de julio para disfrute del público local y extranjero.

Originaria de Torreón, Coahuila, pero radicada Zirahuén, Michoacán, desde hace 13 años, la artista Margara Garza lleva varios años dedicada a la pintura, lo que le ha permitido exponer en diversos lugares de Michoacán y Coahuila, y ahora, por primera vez, en Querétaro.

“Me encanta estar en Querétaro, es un lugar bellísimo al que he visitado en varias ocasiones como turista y que ahora tengo el honor de exponer en esta ciudad, a través de la invitación del Instituto de Cultura; para mí es muy agradable estar aquí con toda la gente amable y cordial de Querétaro, me hacen sentir muy feliz”, detalla la artista.

Nidos es el tema de este proyecto artístico con el que Margara pretende reafirmar que éste es el símbolo de un lugar seguro, porque aspira a que su país, su ciudad y su entorno continúen como antes, siendo sitios seguros.

“Filosóficamente he trabajado mucho esta cuestión, el tema es el símbolo que menciono pero con una expansión hacia mi interior, de tal forma que pueda transformarse en una propuesta con la que el público pueda conectar conmigo, en esto que pienso, que es el meollo del proyecto”, relata Garza.

Esta obra fue presentada en diciembre pasado en el Antiguo Colegio Jesuita, en la ciudad de Pátzcuaro, Michoacán, ahora se exhibe en Querétaro para después visitar otros estados, entre los que figuran Monterrey y San Luis Potosí.

La técnica que utilizó para realizar los cuadros que integran Nidos es temple al huevo a la barniceta con encaústica y consta de 63 piezas que “tienen que ver con estas ganas de tener una paz interior, un gusto por la vida y una seguridad al vivirla”, refiere la autora.

Hasta ahora, son dos años y medio de trabajo los que la artista plástica ha invertido en este proyecto que va a continuar, pues asegura es su entorno, el contacto con la naturaleza es lo que la nutre y le sirve de inspiración para seguir trabajando en este tema.

“Mi motivo de vivir en Michoacán es precisamente el paisaje, como el lugar mágico donde radico, con un lago azul, rodeado de pinos, simplemente es algo hermosísimo”, expresa Margara.

La exposición Nidos permanecerá en el Museo Regional de Querétaro hasta el próximo 20 de julio para que el público tenga la oportunidad de conocer su propuesta.

“Invito a todas las personas que radican y visitan este estado a que se den un tiempo y conozcan mi trabajo y de esta manera entablar un diálogo pintor-espectador que es cuando se logra el círculo completo”, detalla la originaria de Coahuila.

Jordi Boldó

Por su parte, el artista español, naturalizado mexicano y queretano luego de 23 años de radicar en esta ciudad, presenta Memoria y horizonte, una muestra compuesta por seis series con más de 100 piezas cada una en torno a esta temática.

“Con esta exposición termino justamente lo que es esta serie sobre un tema inspirado en mi infancia, a partir de la observación del horizonte, de la concepción de la naturaleza, en donde me conecto con los recuerdos de mi primera infancia, sobre todo en la etapa en la que tenía tres años hasta la adolescencia, muy ligada a la naturaleza, la escuela, la familia, papá, mamá, un poquito de eso es la temática que intento mostrar en esta serie”, manifiesta el pintor.

La exposición, en general, está compuesta por grabados, pintura, escultura y dibujo, trabajos realizados con técnica mixta, en donde destaca el collage, acrílico, óleo, pigmento y resina.

Memoria y horizonte permanecerá en el Museo Regional de Querétaro durante tres meses para itinerar por Aguascalientes, Ciudad de México y Guanajuato, aunque “son tantas las pinturas se reparten y simultáneamente se exhiben en varias ciudades”, confiesa Boldó, quien decidió mudarse a Querétaro por ser una ciudad que le dio lo que buscaba: tranquilidad, dimensiones y posibilidades de desarrollar su pintura.

Jordi hace la invitación al público para que conozca su trabajo, para que “venga sin prejuicios, porque la gente de repente tiene prejuicios de la pintura abstracta, piensa que no se entiende, no es algo que se tenga que explicar simplemente que se paren frente a ella, que perciban el color, las formas, las texturas y que traten de comunicarse con lo que se exhibe, porque el público complementa lo que yo estoy entregando. Mi trabajo no tendría sentido si no lo ve nadie”, concluye.

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