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Esta noche toca Caifanes en el Estadio Municipal

Hoy, 26 de noviembre, el Estadio Municipal recibe a Caifanes. La cita es a las 9:30 de la noche. La agrupación no

Esta noche toca Caifanes en el Estadio Municipal
26/11/2016 |08:29
Redacción Querétaro
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Hoy, 26 de noviembre, el Estadio Municipal recibe a Caifanes. La cita es a las 9:30 de la noche. La agrupación no había venido por varios años a la ciudad así que será de gran gozo para aquellos que crecieron escuchando su música. Sin duda el gran ausente será Sabo Romo, quien tocará hoy mismo en la ciudad de México con su concierto Sinfónico Rock en tu idioma, que este mismo año presentó con gran éxito en tierra queretana.

Las puertas del Estadio Municipal se abrirán desde las 7:30 de la noche. El espectáculo dura alrededor de dos horas. Esperan entre 6 mil y 8 mil seguidores de la agrupación, tanto queretanos como seguidores del Estado de México, Aguascalientes, Irapuato, León y Celaya.

Una noche del 2012. En octubre del 2012 se presentó Caifanes en un bodegón del centro expositor de la Feria Ganadera de Querétaro. El camino hasta allá era lejos y oscuro, aún sigue siendo lejos y oscuro, pero los que en su juventud los escucharon no sabían de distancias y cargaron con los hijos, y algunos hasta con los hijos de los hijos.

En la fila para entrar varios se detenían a platicar de aquellos años en un grupo de jóvenes se hacían llamar Caifanes, se alborotaban la cabellera, se delineaban los ojos de color negro y cantaban “La negra Tomasa”.

Los que llegaron tarde corrían con velocidad mientras escuchaban desde afuera la primera canción: “Amanece y no sé qué hacer, me levanto igual que ayer. Hace tiempo y todo sigue igual, me pregunto cuándo cambiará, la distancia es eternidad, ya no puedo respirar. Nunca nadie me podrá parar, sólo muerto me podrán callar. Nunca nadie me podrá parar, sólo muerto me podrán callar…”, en voz de Saúl Hernández y un coro multitudinario que llenó aquel bodegón.

“Para que no digas que no pienso en ti”, fue la segunda canción que interpretaron en aquel concierto del 2012, le siguieron: “Antes de que nos olviden”, “Perdí mi ojo de venado”, “Mátenme porque me muero”, “Piedra”, “Afuera”, “Los dioses ocultos”, “No dejes que...”, “De noche todos los gatos son pardos”, “Ayer me dijo un ave”, y otras canciones incluidas en los discos Caifanes (1988), El diablito (1990), El Silencio (1992) y El nervio del volcán (1994), producciones con las que consolidaron su espacio en la historia del rock en español, en México y Latinoamérica.

Alfonso André magnetizó con cada tumbo a la batería, Sabo Romo sonreía complaciente mientras tocaba el bajo, Alejandro Marcovich desprendía aros de luz de su guitarra y Diego Herrera en los teclados y el saxofón, se veía igual sorprende. Para muchos esa noche fue un encuentro con el pasado, para los más jóvenes fue conocer por primera vez a sus músicos de los que tanto han hablado sus padres, sus tíos, los hermanos mayores.

La primera vez en el AJOD. En 1988 Sabo Romo tocó por primera vez en el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez (AJOD) con Caifanes, lo recordó en el pasado mes de mayo, cuando se presentó en dicho auditorio, con el concierto de  Rock  en tu idioma  sinfónico.

Sabo, en su papel de guía espiritual en este viaje musical, fue el primero en salir al escenario y advertir que lo que presenciarían era “pura pinche magia”. Y así fue. El músico se distinguía con su camisa color salmón, sus pantalones cortos, su trenza larga y cana. “Eres grande Sabo”, “Te amo Sabo”, gritaban por todas partes.

El mismo Sabo invitó al público a levantarse de sus asientos y bailar, diciendo que a la Corregidora, doña Josefa Ortiz de Domínguez, le hubiera gustado eso.

Canciones de Maldita Vecindad, Soda Stereo, Los amantes de Lola; Fobia, Rostros Ocultos, Enanitos Verdes y por supuesto Caifanes se escucharon en ese concierto. También inolvidable.

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